Berlusconi renuncia a imponer a Buttiglione como comisario europeo
Barroso dice que nunca quiso ser apoyado sólo por el centro-derecha
El político conservador Rocco Buttiglione no será comisario europeo, sino que seguirá en el Gobierno italiano de Silvio Berlusconi. Una decena de fuentes confirmaron que la crisis abierta por el rechazo de la Eurocámara al nuevo Ejecutivo comunitario no tenía salida sin su marcha. Berlusconi, empecinado en mantener su candidatura, acabó cediendo y ayer admitió que "probablemente" Buttiglione seguirá como ministro en Italia.
La cita en Roma de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, de dirigentes parlamentarios y del actual y futuro presidente de la Comisión Europea se convirtió en la primera ocasión para abordar entre todos, aunque informalmente, la crisis originada por las críticas de Buttiglione hacia los homosexuales. "Buttiglione está muerto", insistía ayer uno de los consultados que habló con él y también con altos cargos políticos italianos.. "No hay ninguna duda de que será eliminado por Barroso", añadía otro consultado. "Nadie le apoya ya", indicaba un tercero. "Con él, nunca habrá un apoyo fuerte del Parlamento", precisaba un cuarto.
Opiniones similares se escucharon en numerosas charlas de pasillos. Las conversaciones entre los primeros ministros, que hablaron de ello tras el almuerzo, tuvieron "un tono más prudente", y sobre todo en público, puesto que están en marcha unas delicadas negociaciones de Barroso con los líderes y con la Eurocámara. Aun así, el español José Luis Rodríguez Zapatero declaró que "la situación es clara" una vez comprobado que el problema proviene "de un comisario" y está "circunscrito a una persona", Buttiglione, con cuyas opiniones machistas y homófobas tiene "un profundo desacuerdo".
El diagnóstico era tan unánime que el propio Silvio Berlusconi, que hasta ayer insistía en mantener al político democristiano como candidato a comisario, acabó cediendo. "Lo más probable es que Buttiglione siga de ministro [en Italia]", admitió anoche el jefe de gobierno italiano, quien tomó nota de las peticiones de sus colegas, según la agencia Ansa.
La solución, sin embargo, no se limitará al relevo de Buttiglione por otro italiano en la cartera de Justicia e Interior. La derecha europea, que cuenta con más escaños (268) que nadie en la Cámara, exige otras víctimas en un medido reparto de daños.
Las fuentes consultadas ayer coinciden, con mínimas variantes, en esta hipótesis: Barroso prescindirá, además de Buttiglione, del socialista húngaro Lazslo Kóvacs (designado para Energía) y de la verde letona Ingrida Udre (Fiscalidad), mientras cambiará de cartera a la liberal holandesa Neelie Kroes (Competencia).
Los cuatro han sido objeto de duras críticas del Parlamento Europeo y los matices divergentes son si es el respetado comisario italiano Mario Monti quien debe seguir en Competencia ocupando la plaza de Italia o si Berlusconi hará otra jugada para seguir aspirando a la comisaría de Justicia con otro aspirante nuevo.
En público, todos han hablado hasta ahora de necesarios "cambios", en plural. "Puntuales" los calificó ayer Barroso, quien dejó abierta la posibilidad de una reestructuración mayor al subrayar que va a presentar un "equipo mejor". "Cambios deseables", según Zapatero. "En dos semanas llegaremos a un acuerdo", dijo optimista el canciller alemán, Gerhard Schröder, quien negó la existencia de una crisis. Berlusconi auguró incluso que la nueva candidatura estará lista la semana que viene.
"Europa no tiene ahora ninguna necesidad de una crisis entre sus instituciones", apuntó el francés Jacques Chirac. Como él, Zapatero o el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, insistieron en que Barroso debe pilotar estas negociaciones hasta lograr un apoyo fuerte del Parlamento. Eso sí, "que cada cual asuma sus responsabilidades", puntualizó Chirac.
Barroso sí asumió ante los periodistas la razón por la que el miércoles tiró la toalla en el Parlamento y postergó la votación sobre su equipo: "Nunca quise una Comisión apoyada sólo por la derecha o el centro-derecha. No era aceptable". Ahora, en cambio, busca y negociar un pacto que le aporte también los votos del centro-izquierda.
"Mi silla está rota"
El conservador Rocco Buttiglione sigue siendo ministro italiano de Asuntos Europeos y, como tal, asistió ayer a la firma de la Constitución europea. Como ya es habitual en él, siguió todo lo que ocurría sin hablar con nadie, con cara inexpresiva. Es la misma actitud que mostró incluso cuando escuchaba en la Eurocámara todo tipo de descalificaciones e improperios rayanos en el insulto.
Pero ayer rompió la actitud de esfinge. Presidía en el almuerzo una mesa con seis invitados, casi todos ellos secretarios de Estado, en la residencia del presidente de la República.
-"Mi silla está rota"- se quejó Buttiglione mientras se levantaba.
-"No sólo la silla" - le espetó uno de sus invitados con maliciosa sonrisa.
-"Está claro que quieren que me caiga" -asumió con humor el ministro italiano.
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