Los clanes políticos palestinos desatan la pugna por la sucesión de Arafat
Los dirigentes más jóvenes encabezados por Dahlan quieren abrir un proceso democrático
La lucha por la sucesión del presidente palestino, Yasir Arafat, ya ha empezado. Los diferentes clanes políticos se preparan para la batalla en un gesto de claro desafío y desprecio hacia el sucesor legalmente establecido por la Ley Básica Palestina: el presidente del Parlamento, Rouhi Fatouh, y un diputado de Rafah y aparátchik de Al Fatah cuyos únicos méritos son el haber sido ministro de Agricultura en el Gobierno de Ahmed Qurei (alias Abú Alá) y ser amigo de Arafat. Los primeros en moverse han sido los miembros de la vieja guardia, que proclamaron la constitución de un triunvirato disuelto una hora después.
La vieja guardia trató de imponer un triunvirato sin respetar lo que dictan las leyes
Rouhi Fatouh, un perfecto desconocido en la escena política palestina, se convirtió de rebote en el sucesor legal del presidente Yasir Arafat en marzo, cuando recibió el apoyo de 51 diputados que le votaron como presidente del Parlamento palestino, cargo que lleva implícita la sucesión automática del primer mandatario en caso de fallecimiento y por un periodo de 60 días, mientras se preparan y celebran las elecciones presidenciales.
La nominación de Fatouh como líder del Parlamento y sucesor del presidente fue un triunfo de la vieja guardia, que trataba así de cerrar el paso a un candidato mejor preparado y más ambicioso, el ex ministro de Información Nabil Amr, representante de las nuevas generaciones y un crítico permanente, que en el año 2002 presentó su dimisión como ministro de Relaciones con el Parlamento por sus discrepancias con Arafat. Meses más tarde fue tiroteado y herido en su casa, tras firmar una carta dirigida al presidente titulada No al derramamiento de sangre, no a la ocupación, sí a las negociaciones, sí a la paz.
La probable e inesperada ascensión de Rouhi Fatouh a la presidencia del Gobierno palestino, en el caso de que el presidente fallezca, se hizo ayer insoportable para los clanes políticos de Cisjordania y Gaza, precipitando las primeras escaramuzas, que desembocaron en un verdadero golpe de palacio.
Los líderes más veteranos de la OLP proclamaron de forma unilateral la constitución de un triunvirato formado por el primer ministro, Ahmed Qurei; el ex jefe de Gobierno Mahmud Abbas, Abú Mazen, y el presidente del Consejo Nacional Palestino, Saalem Zaanun, cuya misión debía ser la de gobernar en caso de fallecimiento de Arafat.
El mandato del triunvirato fue efímero: duró poco menos de una hora. El tiempo suficiente para que la noticia de la formación de este equipo dirigente fuera desmentida oficialmente tras haber sido previamente difundida a través de la cadena de televisión qatarí por satélite Al Yazira, que llegó a asegurar que el decreto de formación del triunvirato había sido firmado por el propio Arafat, entonces en estado prácticamente agónico.
La maniobra de la vieja guardia fue especialmente denunciada por el general Mohamed Dahlan, el gran jefe militar de Gaza, el líder de la joven guardia, aspirante infatigable a la presidencia palestina y el hombre de confianza de Estados Unidos, quien trataba de conseguir de las autoridades israelíes el permiso de salida de la franja para trasladarse a Ramala.
Ayer por la tarde, incansable, la vieja guardia continuaba conspirando e insistía en que el tándem de Abú Mazen y Abú Alá es el más adecuado para hacerse cargo de la dirección de la Autoridad Nacional Palestina.
Los conjurados anunciaban a media voz una concesión; respetarían la legalidad y la nominación del diputado Rouhi Fatouh como presidente en funciones por un periodo de 60 días y mientras se celebran las elecciones, aunque sólo con carácter decorativo. En los cenáculos palestinos se insistía en la fuerza del tándem y se daba por seguro que este equipo se haría cargo del poder interinamente, mientras el presidente fuera tratado en el extranjero o internado en un hospital de Ramala.
El doctor Mustafa Barghouthi, secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina, observaba ayer con preocupación las primeras escaramuzas y pugnas de los clanes políticos por el poder y reclamaba una vez más la constitución de un Comité de Unión Nacional en el que estuvieran representadas todas las formaciones, facciones y movimientos sociales, y cuya misión fuera la de gobernar los territorios mientras se preparan y se celebran las elecciones generales.
"Ha llegado el momento de la unidad. La única solución, la única alternativa al presidente Yasir Arafat, pasa por la celebración de unas elecciones democráticas y transparentes", reiteró el diputado y veterano luchador Mustafa Barghouthi, una de las voces más prestigiosas y respetadas de Cisjordania, quien en 1991 participó en las negociaciones de Paz de Madrid. Ahora aglutina a un amplio sector de la sociedad civil palestina, que reclama un cambio de rumbo.
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