El ahorro canalizado hacia la industria
La cartera de participadas de La Caixa, la mayor de España, con un valor de 15.669 millones, se concentra en sectores decisivos
Los máximos ejecutivos de La Caixa se entrevistaron hace poco menos de un mes con el presidente de Chile, Ricardo Lagos, para instaurar en el país andino un modelo de caja de ahorros similar al español. Uno de los argumentos de la caja para intentar persuadir a la sociedad civil chilena fue recordar que La Caixa es el tercer inversor español en Latinoamérica a través de sus participaciones en Gas Natural, Agbar, Abertis, Repsol YPF, Endesa y Telefónica, que suman un total de 10.200 millones de dólares (8.000 millones de euros).
La Caixa, la tercera entidad bancaria española por detrás del Santander y del BBVA, se ha convertido en los últimos tiempos en el primer grupo industrial al concentrar la mayor cartera de participaciones del país, a través de Caixaholding, su brazo inversor. Aproximadamente el 85% son empresas participadas, cuyo valor de mercado, a 30 de septiembre de 2004, era de 15.669 millones de euros, con unas plusvalías latentes (diferencia entre su valor de mercado y el valor en libros) de 4.929 millones de euros, 1.000 millones más que a 31 de diciembre de 2003.
El buen rendimiento de esta importante cartera industrial se evidencia en la cuenta de resultados de la entidad. Los ingresos de las participadas por puesta en equivalencia junto con los dividendos de las partipaciones no consolidadas alcanzaron los 652 millones de euros en los nueve primeros meses del año, periodo en que La Caixa obtuvo un beneficio de 766 millones de euros (un 16,5% más).
Pisos por acciones
El origen de este paquete industrial es un cambio radical en la política de inversiones inmobiliarias desarrollada durante las décadas cincuenta, sesenta y setenta.
A lo largo de la década siguiente, la entidad optó por incrementar su rentabilidad al margen del negocio bancario y vendió su importante cartera inmobiliaria compuesta por alrededor de 24.000 activos (pisos, aparcamientos, locales comerciales). Con las plusvalías fue adquiriendo participaciones en grandes empresas, en un proceso que promovió Josep Vilarasau tras la fusión con la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona en 1989, cuyo resultado es La Caixa actual.
El grupo industrial, ordenado luego por Antoni Brufau, se diseñó para obtener rendimientos a medio y largo plazo invirtiendo en servicios tangibles para el ciudadano como son la telefonía, agua, gas, petróleo, autopistas o aparcamientos. En la década de los noventa el grupo industrial realizó un crecimiento espectacular.
La pericia de este desarrollo se basa en pequeños movimientos que esconden, sin embargo, un enorme sentido estratégico, razón por la cual La Caixa es el centro de todas las especulaciones sobre concentraciones en los distintos sectores en los que interviene. Fornesa está ahora llevando a cabo una nueva orientación de Caixaholding, que se concentrará en negocios estratégicos y en aquellas empresas donde mantiene una posición de fortaleza e influencia.
Los últimos movimientos en este sentido son, por un lado, las recientes adquisiciones de un 1,5% de Telefónica (hasta alcanzar el 5%) y de una participación idéntica en Gas Natural (34,5%). Por el otro, la anunciada decisión de vender su 5% en Endesa a través de una emisión de bonos canjeables y la inminente salida del gigante financiero alemán Deutsche Bank (3,8%).
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