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Reportaje:

La supernova de 'Hamlet'

Una astrónoma española encuentra la superviviente de la estrella de Tycho Brahe

En noviembre de 1572, el astrónomo danés Tycho Brahe descubrió una estrella en la constelación de Casiopea, tan brillante como Júpiter, y publicó sus observaciones en el libro De Nova Stella. En esa época, se seguía la visión aristotélica del universo, según la cual la bóveda celeste era inmutable y era imposible pensar en la aparición de nuevas estrellas, por lo que el suceso fue visto como un mal presagio. Algunos expertos creen que a este cataclismo intelectual se refería Shakespeare en el primer acto de Hamlet cuando enumera los prodigios en el cielo que anuncian desgracias: "Estrellas de colas encendidas, lluvia de sangre y maleficio en el Sol" [traducción de Luis Astrana Marín].

Sin embargo, la nueva estrella, aunque representaba un cataclismo celestial, era un fenómeno relativamente frecuente, la explosión de una estrella supernova que brilló intensamente en el cielo hasta marzo de 1574. El astrónomo español Jerónimo Muñoz, también escribió un libro en 1573 sobre sus implicaciones.

No todas las supernovas se gestan de igual forma, y ésta es una de las únicas dos conocidas en nuestra galaxia cuyo origen es un sistema binario. Se denominan supernovas del tipo Ia. ¿Qué pasó con la estrella compañera de la que explotó y que le suministró la mayor parte del material necesario para llegar a la explosión? Pilar Ruiz-Lapuente, astrónoma de la Universidad de Barcelona, encabeza el equipo que cree haber encontrado los restos de aquella estrella y lo publica hoy en la revista Nature.

Esta astrónoma caracterizó la supernova de Tycho como del tipo Ia en un estudio publicado este año en la revista científica Astrophysical Journal. Una vez evaluada su curva de luz, quedaba por identificar el sistema binario que dio lugar a la explosión. "No había evidencia anterior que señalara una clase particular de estrella compañera de las muchas que se habían propuesto", explica la investigadora. "Hemos identificado un camino claro: la estrella es parecida al Sol, un poco más antigua. Lo que más nos llamó la atención fue su alta velocidad".

Explosión cósmica

En el punto donde Tycho Brahe vio la brillante estrella, hay en la actualidad una nebulosa de gas, resultado de la violenta explosión cósmica. Es el remanente de la supernova de Tycho. Para eliminar sistemas estelares como posibles progenitores de la supernova, Lapuente y sus colegas empezaron el estudio en 1997 con telescopios del Instituto de Astrofísica de Canarias y los han seguido estos últimos años con diversos telescopios, entre ellos el Hubble y los Keck.

La estrella candidata, a más de 10.000 años luz de la Tierra, se desplaza a una velocidad tres veces superior a la de estrellas próximas, es más antigua que el Sol y está en fase de expansión, evolucionando hacia una gigante roja. "En una supernova de tipo Ia, la explosión se produce por la caída de material sobre una enana blanca. El material atrapado procede de una estrella compañera", explica la astrónoma. Excepto en un caso, es de esperar que después de la explosión la estrella compañera donante reciba un fuerte impulso y adquiera una velocidad propia inusualmente grande. También sufrirá una pérdida de material que reducirá su masa.

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