El país de la UE más alejado del acuerdo

España es el país de la UE más alejado de cumplir el Protocolo de Kioto, de los 15 con objetivos establecidos de control de emisiones. Su tope máximo para el periodo 2008-2012 es un aumento del 15% respecto a 1990, pero sus emisiones, en 2003, ya habían superado el 40% de crecimiento.

En realidad, España figura en el protocolo con una reducción del 8%, como los 15 de la UE, pero un reparto interno de los objetivos, en el que se compensan los esfuerzos de unos y otros, permite ese crecimiento del 15%. La ausencia de medidas eficaces con objetivos cuantificados y plazos específicos para hacer frente al problema del cambio climático, así como la falta de una financiación adecuada, han sido notorias durante los gobiernos del PP. Sólo con la llegada del PSOE al poder este año han arrancado los planes de choque para cumplir con el protocolo, y antes aún, con las directivas de la UE. Lograrlo ahora, nadie lo duda, exige un serio esfuerzo.

Los expertos del secretariado de la Convención del Clima que revisaron este año la autoevaluación española obligatoria concluyeron que el dióxido de carbono supone el 79,6% de las emisiones totales en 2000 (79,1% en 1990) y es el gas de efecto invernadero más importante en el balance español. "El crecimiento de las emisiones refleja el incremento de la demanda energética empujado por la fuerte tasa de crecimiento económico", dice el informe. "Además, la creciente demanda de energía por parte de la industria se ha satisfecho sobre todo mediante el incremento del consumo de combustibles fósiles". Se ha producido un notable aumento de emisiones de CO2 (38%) por la combustión, sobre todo en el sector transporte.

La intensidad energética en España ha aumentado en la última década, mientras que la tendencia en la UE es la contraria, señala el informe. "España es uno de los pocos países de la UE, si no el único, en que la intensidad energética está subiendo como media, y esto es un factor del crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero".

Según recoge la autoevaluación española, y así lo destacan los expertos que la examinaron, los recursos de agua dulce, las zonas costeras, los bosques y el suelo son los elementos más vulnerables con vistas al cambio climático y sufrirán los principales impactos en el país. En cuanto al agua, la zona del sureste, la cuenca del Guadiana, el valle del Ebro y las islas Canarias son las áreas más vulnerables a impactos graves sobre el agua.

Los expertos cuestionaron la efectividad de las políticas y medidas tomadas hasta principios de este año y señalaron que, sin el reforzamiento de las medidas de ámbito interno, "puede ser difícil para España alcanzar su objetivo nacional de emisiones bajo el Protocolo de Kioto".