El fin de la huelga de Opel en Bochum da paso a la negociación
En seis días de protesta se han dejado de fabricar 6.500 coches
La disputa se centraba en la forma de conducir la asamblea y la formulación de la pregunta en la votación para decidir el fin de la huelga. La dirección de Opel agradeció al comité la decisión de finalizar la protesta. En Berlín, el canciller federal, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), alabó "la decisión inteligente de la mayoría de la plantilla" de Opel y añadió que ha llegado el momento de llevar adelante negociaciones para asegurar la competitividad de Alemania y "tantos puestos de trabajo como sea posible".
"¿Debe el comité de empresa continuar la negociación con la dirección y reiniciarse el trabajo?". A esta pregunta respondieron con un sí 4.647 trabajadores de Opel en Bochum, casi un 72% de los 6.463 que participaron en la votación secreta. La dirección de Opel emitió un comunicado en el que declara: "Quisiéramos agradecer a todos por la decisión adoptada hoy [por ayer] y contemplamos con confianza el trabajo futuro con los comités de empresa y la plantilla de Bochum".
El presidente del sindicato IG Metall, Jürgen Peters, se mostró satisfecho con la reanudación del trabajo: "Ésta es una señal correcta de la plantilla que abre la posibilidad de negociaciones que serán bastante difíciles". Peters añadió que los trabajadores manifestaron que "no se les puede tratar como conejos".
Los huelguistas notarán a fin de mes en sus bolsillos una disminución salarial en torno a los 500 euros por la semana no trabajada. La Opel ha sufrido pérdidas que no ha querido publicar, pero que se estiman en una cantidad de dos cifras en millones de euros por los 6.500 autos que dejaron de fabricarse estos días.
La para unos "huelga salvaje" de Bochum, "jornadas informativas" para otros, concluyó ayer con un mal sabor de boca y una sensación colectiva de frustración. La huelga, sin respaldo legal y por lo tanto sin que el sindicato asistiera a los trabajadores en paro con sus fondos de apoyo, estaba condenada al fracaso. A la caída de ingresos se añadía el miedo a perder el puesto de trabajo.
El plan de General Motors para Bochum preveía la supresión de 4.000 empleos de una plantilla de 9.600. En el acuerdo de mínimos, firmado el martes en Rüsselheim entre la dirección de Opel y el comité de empresa, se habla de mantener las factorías hasta más allá de 2010, pero esto va condicionado a la competitividad. El hueso duro de roer será establecer las renuncias que tendrán que aceptar los trabajadores para hacer competitivas las fábricas de Alemania con los salarios y costes no salariales más elevados de Europa. Estos días se podían ver en televisión reportajes en la fábrica de Gliwice, en Polonia, y a un trabajador de Opel feliz con su salario de 500 euros mensuales. La hora/hombre trabajada cuesta en Polonia siete euros y 33 en Alemania.
Por otra parte, el grupo Volkswagen ha anunciado que producirá en su planta de México la futura versión familiar del modelo Golf, el Golf-5 Variant, que no se fabricará en Wolfsburg (Alemania).
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