Naciones Unidas prepara una resolución para que Siria se retire de Líbano
Damasco ofrece replegar algunas unidades a otras posiciones como gesto conciliador
Naciones Unidas se prepara para aprobar una nueva resolución contra Siria exigiéndole, por segunda vez en poco menos de dos meses, que saque todas sus tropas de Líbano. Mientras se negocia esta resolución, que podría ser votada la próxima semana, en círculos gubernamentales de Damasco se baraja un nuevo repliegue parcial de tropas, muy similar al efectuado a finales de septiembre y que afectó sólo a 3.000 soldados, sobre un contingente de 17.000.
Esta segunda resolución contra Siria está impulsada, como la vez anterior, por Francia y Estados Unidos, que consideran insatisfactorio el repliegue parcial efectuado por el régimen de Damasco el pasado mes de septiembre, ya que de manera clara en la resolución anterior, la 1559, se reclamaba la salida de "todas" las tropas de Líbano. Los impulsores del documento recuerdan también que aquella resolución exigía asimismo el desarme de las milicias palestinas y del Hezbolá, lo que tampoco ha sido cumplido.
El nuevo proyecto de resolución que está ya en marcha fue presentado después de que el Consejo de Seguridad fracasara en un intento de aprobar una resolución presidencial, ante la negativa de dos países islámicos, Argelia y Pakistán, a firmar el texto. Las declaraciones presidenciales deben ser rubricadas por los 15 miembros del Consejo de Seguridad. En esta nueva resolución ahora en marcha, además de recordar a Siria sus obligaciones, se pide al secretario general de a ONU, Kofi Annan, que informe cada tres meses sobre el cumplimiento de la resolución.
La preparación de esta segunda resolución no ha cogido por sorpresa a Siria, que desde hace dos semanas ha hecho gestos conciliadores, según los cuales podría efectuar dos nuevos repliegues militares escalonados en Líbano.
Los próximos en salir serían, según rumores recogidos en las cancillerías occidentales, los soldados sirios acantonados en las regiones de Aley y Netn, en las cercanías de Beirut. Con lo que culminaría la operación de limpieza de tropas extranjeras en los alrededores de la capital, Beirut. Esta operación se ha llevado a término de manera discreta en los últimos cuatro años, pero se aceleró el pasado mes de septiembre con la evacuación de los enclaves situados en el Gran Beirut.
En una segunda fase podrían ser retirados, además, los soldados sirios de las regiones de Koura y Batroun, situadas al norte de Líbano, donde la presencia de las tropas de Damasco ha sido durante estos últimos 28 años más persistente e importante. Según estos planes, se mantendrán sin embargo los acuartelamientos sirios de Deniyye y Trípoli, también en el norte, con la intención de vigilar y controlar las organizaciones integristas de la zona.
Servicios secretos
Ninguna de estas operaciones de retirada afectaría a las fuerzas de espionaje sirias en Líbano, que, según todos los indicios, permanecerán incrustadas en el tejido social y político libanés, a pesar de las críticas que esta red de los servicios secretos ha venido recibiendo por parte del secretario general de la ONU, Kofi Annan. En un reciente informe sobre la situación elaborado por Annan se destaca la importancia de estas fuerzas de policía civil y se asegura textualmente que estos agentes "permiten a Siria ejercer una influencia considerable sobre los asuntos internos libaneses".
Desde la firma de los Acuerdos de Taef en 1991, por los que se puso punto final a la guerra civil en Líbano, el régimen de Damasco ha realizado cinco repliegues parciales de tropas en Líbano, lo que le ha llevado a reducir en cerca de la mitad el número de soldados presentes en el país vecino; pasando de 40.000 a unos 15.000 aproximadamente. A pesar de estas retiradas, convenientemente dosificadas, la comunidad internacional opina que Damasco está muy lejos de cumplir con la resolución 1.559 del Consejo de Seguridad de la ONU, propiciada por Estados Unidos y Francia, y aprobada el pasado 2 de septiembre.
Los portavoces sirios aseguran que la retirada total de las tropas sólo se efectuará cuando se solucione el conflicto israelo-palestino y dentro de un acuerdo de paz global en la zona. Con respecto al desarme de las milicias, tanto Siria como Líbano coinciden en asegurar que de ninguna manera Hezbolá puede ser calificada de "milicia", sino que es una parte del movimiento nacional, y por consiguiente no le afecta la resolución de Naciones Unidas. El desarme de las milicias palestinas, en el que en principio ambas partes estarían de acuerdo, entraña sin embargo graves riesgos, ya que el Ejército libanés, que sería encargado de llevar a término esta operación de desarme, no se atreve desde hace años a entrar en los campos de refugiados palestinos por temor a provocar una sangría. Aunque las tropas rodean los campos, impidiendo a los palestinos salir con sus armas.
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