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Un libro reconstruye y desmitifica la batalla de Isandlwana, la gran derrota británica ante los zulúes

Jacinto Antón

La gran ola negra contra la delgada línea roja. Acabado el brutal enfrentamiento con el ejército zulú, los cuerpos mutilados de más de un millar de soldados británicos yacían sobre la hierba, incluidos dos conductores de carros que se habían pintado la cara con betún en un vano intento de disfrazarse. Considerada en Gran Bretaña uno de los mayores desastres militares de su historia y la peor derrota sufrida por su ejército ante tropas nativas, la batalla de Isandlwana, el 22 de enero de 1879, junto a la colina surafricana del mismo nombre, ha sido tradicionalmente predio exclusivo de la historiografía británica. Pero ahora, un español, el periodista Carlos Roca (Cartagena, 1965), se ha atrevido a reconstruir y desmitificar, en un emocionante y documentado libro de divulgación histórica, esa batalla y la guerra anglo-zulú, en cuyo contexto se libró (conocidas ambas del gran público merced a dos películas: Zulú, de 1963, y Amanecer zulú, de 1979).

Zulú, la batalla de Isandlwana (Inédita Editores), obra insólita en el panorama editorial español, ya ha agotado la primera edición y está en curso de reimpresión. La perspectiva del autor le sitúa más en el lado zulú que en el británico, y así para él la sangrienta batalla no fue tanto una honrosa derrota de los primeros como "una gran victoria" de los segundos.

"Creo que lo más destacable de aquel enfrentamiento fue el valor que demostraron los zulúes, luchando por su país y sus familias, lanzándose a cuerpo limpio contra el que estaba considerado el mejor ejército del mundo", señala Roca. "Baste con decir que el impacto directo de los disparos de los rifles Martín-Henry de los británicos levantaba medio metro del suelo a los guerreros que eran alcanzados". En la batalla cayeron 3.000 zulúes.

En su libro, el autor detalla las causas que llevaron a Isandlwana y recrea con realismo la batalla. De paso desmitifica ese episodio que los británicos no tardaron, dice, en desvirtuar con los oropeles del heroísmo. Roca explica que durante la campaña zulú -"la primera guerra preventiva de la historia"- los británicos remataron despiadadamente a los heridos y ejecutaron a los prisioneros.

El autor cuestiona la célebre heroicidad de los tenientes Melvill y Coghill, que trataron de salvar la bandera del 24º regimiento saliendo del campo a caballo, y apunta que ese acto tuvo mucho de huida, de sauve qui peut. Para Roca no hay duda de que aquel día en Isandlwana, "el valor, la razón y la estrategia estuvieron en el lado zulú". Compara la maniobra zulú, basada en la tradicional disposición del ejército en forma de cuernos de búfalo, con la de Aníbal en Canas, y considera que los mayores logros de los guerreros del rey Cetshwayo fueron llegar casi hasta la posición británica sin que los vieran -¡y eran 25.000!- y tener el coraje de emprender una carga suicida en el momento crucial.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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