La Feria del Libro de Francfort cierra con optimismo
"La Feria del Libro de Francfort superó las expectativas de los expositores y de los visitantes profesionales", dijo ayer al cerrar esta gran bolsa de la palabra escrita su director, Volker Neumann, a pesar de que en esta edición hubiera bajado el número de visitantes de 288.000 a 268.000. Este balance positivo del director se sostiene en el crecimiento de un 3% del número de profesionales que acuden a la feria, que esta vez ha durado un día menos que en años anteriores.
Es tal la dedicación de estos profesionales, que parece ya establecido en Francfort que los negocios no sólo se hacen en los edificios de la gigantesca feria, sino también en las numerosas fiestas que no cesan y que llenan hoteles, editoriales locales y las casas privadas de los poderosos del mundo del libro alemán. El optimismo o pesimismo a la hora de valorar la feria se reparte a partes iguales entre el amor a la literatura y la dureza de los negocios.
El mercado del Este
Como ocurre en otros sectores económicos, algunos editores y agentes descubrieron el Este como un gran campo para vender sus productos. Una representante de la agencia literaria Carmen Balcells dijo que tras cinco años de familiaridad con la Europa oriental, la feria les había servido para aumentar las posibilidades de conquistar las repúblicas bálticas, Rusia, China y Taiwan como mercados del futuro. "Fue una feria muy intensa a la hora de hacer contactos, mucho más que en otros años", resumió.
Michi Strausfeld, encargada de la literatura española y latinoamericana de la poderosa editorial alemana Suhrkamp, dijo que esta vez no se había producido una sorpresa de la envergadura de la que desencadenó el año pasado Carlos Ruiz Zafón. El impacto de su novela La sombra del viento ha sido tal que hace una semana figuraba en el número 16º de la lista (realizada por una de las cadenas de televisión) de los 100 libros preferidos de los alemanes. Strausfeld explicó que últimamente es más difícil vender literatura extranjera en Alemania "porque los periódicos son cada vez más delgados y resulta difícil conseguir un espacio para una reseña". El intercambio literario entre Alemania y España no lleva las mismas características. Según Strausfeld, los editores españoles "no saben nada de la literatura alemana contemporánea. Los alemanes están mucho más enterados de los españoles actuales", y añadió que "queda mucho por hacer".
En un balance general de la feria, Strausfeld destacó el éxito de los foros de debates y las iniciativas de los traductores, que han permitido dar a conocer a muchos de los autores que no han sido traducidos. La mayoría de las 3.000 convocatorias de actos han estado dedicadas al mundo árabe. En éstas, "el público se duplicó en relación al año pasado. Esto demuestra que existe un gran interés por lo que sucede más allá de las fronteras de cada país", celebró Strausfeld.
Babelia
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