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Los compromisos autonómicos de Zapatero descolocan a CDC

Mas afirma que no valen "solemnes palabras, sino resultados"

Convergència Democràtica (CDC) no podía imaginarse que tan sólo cuatro días después de su congreso extraordinario, el Gobierno central le cedería de una tacada dos de las condiciones impuestas para que los nacionalistas de Artur Mas apoyaran la Constitución europea. Y menos -y esto es lo que más dolió ayer en las filas convergentes- que fuera Josep Antoni Duran Lleida, partidario del tratado europeo, quien consiguiera arrancar estos compromisos al presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Para desazón de los convergentes, Zapatero dispensó a Duran, al término de la sesión, un trato de preferencia a la salida de la Cámara baja, imagen que repitieron las televisiones y la prensa.

Los dirigentes de Convergència no podían esconder ayer su malestar en los pasillos del Parlament ante un gesto de Zapatero que un diputado democristiano definió como un "torpedo en toda regla". Incluso, los críticos de Unió Democràtica, organizados en torno al colectivo El Matí, pidieron una reunión con dirigentes democristianos para modificar su enmienda congresual en contra de la Constitución europea. El Matí esgrime las mismas condiciones que Convergència: el reconocimiento institucional y lingüístico de Cataluña en la Unión Europea. "La situación ha cambiado", admitió un miembro de este colectivo.

Zapatero aseguró el miércoles que consejeros autonómicos participarán en breve en diversos consejos de ministros europeos, en concreto en los de Agricultura y Pesca, Medio Ambiente, Asuntos Sociales y Educación, Cultura y Juventud. Asimismo, el Gobierno legislará que las autonomías puedan recurrir ante el Tribunal Europeo de Justicia en defensa de sus competencias. Esta es una posibilidad que permite el propio tratado constitucional.

A estos dos compromisos se añade el del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que ya ha pedido la modificación del reglamento de usos lingüísticos de la UE para que el catalán -junto al gallego y el euskera- sea lengua oficial en los órganos comunitarios. Esta petición tiene más dificultades para ser aprobada, pues se requiere la unanimidad de los veinticinco.

El secretario de Estado para Asuntos Europeos, Alberto Navarro, reiteró ayer en Barcelona estos compromisos del Gobierno socialista en un almuerzo con la Asociación de Periodistas Europeos de Cataluña.

La sorpresa, no exenta de recelo, que admitían en privado algunos parlamentarios de Convergència por las promesas de Zapatero, se convirtió en escepticismo en boca de Artur Mas. El secretario general de CDC no quiso echar las campanas al vuelo y reclamó al presidente del Gobierno "resultados concretos y tangibles" que permitan a su partido inclinarse por el en el referéndum sobre la Constitución europea. "Por muy solemnes que sean las palabras esperaremos a ver resultados concretos", añadió.

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