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Reportaje:

Una ciudad que vale un país

El peso político y económico de São Paulo, que aporta el 25% de los impuestos de Brasil, condiciona las elecciones municipales

Todo depende de São Paulo. El Partido de los Trabajadores (PT) obtuvo el domingo una victoria incuestionable en las elecciones municipales brasileñas, pero si acaba perdiendo la alcaldía de la primera ciudad del país, el triunfo petista en la primera vuelta quedará devaluado. Así es la política de Brasil, condicionada en buena parte por el peso específico de la gran metrópolis paulista. Los resultados obtenidos por el partido del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en todo el territorio brasileño no admiten discusión, y sin embargo quien gane en São Paulo en la segunda vuelta tendrá una razón para declararse vencedor de las elecciones.

Los datos de la elección del domingo son elocuentes. El PT fue el partido más votado, con 16,3 millones de votos válidos (37,7% más que en las anteriores elecciones), ganó los Ayuntamientos de seis capitales de Estado, obtuvo 400 alcaldes en todo Brasil (un aumento del 114% respecto de los comicios de hace cuatro años), y acaricia la posibilidad de terminar gobernando en 36 de las 96 grandes ciudades del país después de la segunda vuelta del próximo 31 de octubre.

Pero el éxito no acompañó al partido que gobierna en Brasil en la plaza más codiciada. El PT puede perder la alcaldía de São Paulo a manos del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que se perfila como la primera fuerza de oposición. La batalla promete ser feroz entre la actual alcaldesa, Marta Suplicy (35,8% de votos en primera vuelta) y el candidato opositor, José Serra, que obtuvo el 43,5%. Para el PT, nadie puede cantar victoria porque empieza una nueva elección, mientras el PSDB confía en que la diferencia de 7,7 puntos sea irreversible.

Los dos candidatos se han lanzado en busca del voto de la mayoría de los 7,1 millones de electores, en una ciudad que aporta el 15% del producto interior bruto (PIB) brasileño, con un Ayuntamiento que tiene el tercer presupuesto del país después del Gobierno federal y del Gobierno del Estado de São Paulo, y que aporta el 25% de los impuestos recaudados en todo Brasil.

Marcio Pochman, secretario municipal de Desarrollo, Trabajo y Solidaridad de São Paulo, reconoce que Marta Suplicy tendrá dificultades para recuperar el terreno perdido en la primera vuelta, porque en Brasil no suele haber transferencia de votos de un partido a otro. "Somos un país con poca tradición democrática, sin partidos políticos consolidados", señala. Este dirigente municipal del PT apunta tres asuntos que, en su opinión, tendrán un peso decisivo en las urnas: "El que se refiere a seguridad pública, violencia urbana y criminalidad; pobreza y desempleo; y las políticas de inclusión social como educación, salud y transporte. Los electores tienen que comparar lo realizado en estas áreas por el PT en el municipio de São Paulo y por el PSDB en el Estado de São Paulo".

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Católica de São Paulo Claudio Gonçalves Couto ha estudiado la gestión municipal del PT en esta ciudad. "Un cuarto de los electores de los dos candidatos podrían cambiar de voto, según los sondeos", señala. En su opinión, el PT debería lograr revertir la alta abstención registrada en la primera vuelta en sectores muy pobres. "Si Marta Suplicy consigue atraer estos sectores, tiene alguna posibilidad. Para ello tiene que poner énfasis en las políticas sociales del PT que han tenido éxito: transporte y educación. En cambio, creo que Serra ahondará en la salud, el punto más débil de Marta"

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Colin Powell y Lula da Silva (derecha), ayer, en Brasilia.
Colin Powell y Lula da Silva (derecha), ayer, en Brasilia.EFE
Colin Powell, ayer en São Paulo.
Colin Powell, ayer en São Paulo.EFE

Powell y el ALCA

En su primera comparecencia pública tras su llegada a Brasil, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, puso el dedo en la llaga donde más duele en el gigante de América Latina, el Área de Libre Comercio de las Américas o ALCA. Ante un auditorio de empresarios reunido en São Paulo, Powell dijo que Estados Unidos comparte la preocupación del presidente Lula da Silva por el hambre y la pobreza, y propuso como mejor receta para combatir esos males la creación del ALCA para 2005.

Conocida es la defensa de este proyecto por parte de Washington, como lo es el rechazo que genera en las autoridades brasileñas, mientras Estados Unidos mantiene su política proteccionista a las exportaciones latinoamericanas. Powell señaló en la misma conferencia que el programa nuclear brasileño no preocupa a Washington.

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