Desalojados los participantes del festival D-Form
El circo terminó antes de empezar. Más de un centenar de agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, con la colaboración de la Guardia Urbana, desalojaron ayer por la mañana a las casi 300 personas que formaban parte del festival de cultura alternativa D-Form. Los miembros de este colectivo se habían instalado ilegalmente el miércoles en un solar del polígono Pedrosa, en L'Hospitalet de Llobregat, propiedad del Consorcio de la Zona Franca (CZF).
El festival D-Form debía celebrarse este fin de semana e incluía circo, música, títeres, robots y exposiciones de arte urbano, entre otras actividades. Sin embargo ayer, tras la denuncia del CZF, llegó la orden judicial de desalojo por un delito de usurpación ilegal de una propiedad privada, así como una resolución de la Dirección General de Juego y Espectáculo, del Departamento de Interior de la Generalitat, que prohibía la fiesta. Los abogados de D-Form han presentado un recurso contras esta orden. La actuación de la Generalitat y de los agentes del orden fue criticada por fuerzas políticas de L'Hospitalet. ICV tachó de "desproporcionadas" las medidas, y ERC calificó de "precipitado" el desalojo.
Pasadas las siete de la mañana, los Mossos d'Esquadra, que ayer celebraban su primer año en L'Hospitalet del Llobregat, entraron en el recinto del polígono Pedrosa. En el interior, lavabos, una carpa de circo, escenarios, torres de iluminación y antenas parabólicas estaban ya preparados para la actuación. Además del material, había casi 300 personas y unos 70 camiones y coches.
La policía informó a los ocupantes de que debían recoger sus cosas y marcharse. La mayoría, algunas familias con niños pequeños, proceden de países de Europa y habían sido convocados para el D-Form a través de Internet. "Llevamos meses trabajando, sólo queríamos hacer un foro de las culturas real. Nos lo han destrozado todo", decía una chica.
Los Mossos d'Esquadra impedían desde primera hora la entrada al recinto del polígono Pedrosa. Las calles que dan acceso al solar permanecían cortadas por la Guardia Urbana. El que salía no volvía a entrar. Sólo los niños -algunos disfrazados de payasos- pudieron campar por sus respetos sin recibir reprimendas de la policía. El resto trabajaba para desmontar las estructuras del festival D-Form. Durante las primeras horas hubo momentos de tensión entre los organizadores y las fuerzas del orden, mezclados con episodios propios de la farándula: una trompeta apaciguaba los ánimos desde lo alto de la carpa y algunos de los acróbatas realizaban sus piruetas.
Un grupo de músicos ingleses fueron los primeros en salir con la maleta a cuestas. "Los policías llegaron mientras dormíamos y nos rodearon. No sabíamos que era un recinto ilegal, pero nos quedaremos unos días en Barcelona", declaraba un joven músico. "Esto no es una fiesta rave ni una techno party", insistía una chica holandesa, "es una combinación de energías con artistas de toda Europa". "No podíamos hacerlo en un área pequeña de Barcelona", añadió.
Miembros de D-Form aseguraron a este periódico que el Ayuntamiento de Barcelona los dejó plantados y sin un lugar donde actuar en el último momento. Fuentes del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) replicaron que hubo unos primeros contactos para estudiar una ubicación y que los organizadores del festival rechazaron la opción del Mercat de les Flors porque querían un recinto de mayores dimensiones, punto en el que acabaron las conversaciones.
A media mañana llegaron seis camiones de limpieza del Ayuntamiento de L'Hospitalet cuyos empleados cargaron con todo lo que los artistas no habían podido recoger. Detrás de estos vehículos empezaron a desfilar las caravanas de D-Form escoltadas por la Guardia Urbana hasta la Ronda Litoral. "Nos vamos al mar", gritó uno de los jóvenes.
Un portavoz de los artistas denunció que se habían hecho destrozos en el material del festival y también agresiones policiales. Una de las bailarinas del grupo Ojos de Brujo resultó herida en el desalojo.
Al mediodía los camiones y las caravanas de los artistas llegaron a Sitges, donde la policía local ya los esperaba e incluso había cortado algunos de los accesos a la localidad para evitar una llegada masiva. El grupo acampó en unos terrenos privados en la zona Acuàtic Paradís de Sitges. El Ayuntamiento de esta localidad les dio de plazo hasta las siete de la tarde para marcharse, informa Pere Lobato.
Por la tarde, la carpa esperaba la llegada de un camión de Francia para llevársela de vuelta a casa. Los organizadores buscaban un espacio para las actuaciones y se concentraron por la noche en Sants para denunciar el desalojo.
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