Cuba cierra empresas y reduce la jornada laboral para ahorrar luz
El Gobierno programa un plan de apagones controlados
El Gobierno cubano adoptará severas medidas de ahorro para enfrentar la grave crisis energética que sufre la isla desde mayo y que ha provocado prolongados apagones y la semiparalización de numerosas actividades productivas. El plan de emergencia incluye el cierre en octubre de 118 empresas e industrias de alta demanda de electricidad, reducir en media hora la jornada laboral -inicialmente durante cuatro meses-, poner en marcha una agenda de apagones programados de hasta seis horas diarias y extender temporalmente el horario de verano.
Según el vicepresidente cubano, Carlos Lage, las regulaciones tienen como objetivo "el máximo de ahorro en la economía de consumo de electricidad, aunque eso le suponga al país más gastos de combustible y de importación". Se persigue, dijo, reducir los apagones para que la población se vea afectada lo menos posible. Lage y el presidente cubano, Fidel Castro, comparecieron durante tres días consecutivos en televisión para analizar los graves problemas estructurales que padece el sistema de generación de electricidad cubano y explicar la actual crisis, originada por la salida de servicio de la principal termoeléctrica del país, en mayo, tras una avería que no se resolverá a corto plazo. De las palabras de ambos y las medidas anunciadas el miércoles, se desprende que la situación es más grave de lo que se pensaba.
El plan de emergencia contempla "concentrar las actividades productivas y de servicios fuera de los horarios de máxima demanda (de 11 a 13 horas y de 19 a 23) y paralizar durante octubre aquellas entidades productivas cuya recuperación sea posible en los meses subsiguientes, o algunas cuya producción se pueda sustituir por importaciones, aunque sea más caro para el país".
Lage afirmó que se ha decidido paralizar las labores de 118 empresas que consumen mucha electricidad, aunque, aclaró, esta medida "ya se venía aplicando" en algunas industrias. Entre las empresas afectadas están Antillana de acero, una fábrica de cemento, una papelera y varias plantas procesadoras de cítricos.
Según Lage, además se aplazará hasta noviembre la reparación de 27 fábricas azucareras y se limitará a lo "estrictamente necesario" el riego agrícola por bombeo eléctrico. El sector comercial, excepto la gastronomía, concluirá su labor a las 19.00. Además, agregó, se mantendrá el horario de verano hasta octubre de 2005, ya que al hacer el tradicional cambio de hora, el consumo de energía eléctrica resulta mayor.
"Para atenuar los inconvenientes que esto pueda provocar, entre ellos que con el horario normal amanezca más tarde, a partir del 25 de octubre y durante los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, las clases en las escuelas comenzarán a las 8.30 y se reducirá excepcionalmente el horario laboral unos 30 minutos".
Medida transitoria
Castro afirmó que esto no afectará el salario de nadie y que será una medida transitoria hasta que las condiciones vuelvan a la normalidad.
Pero la medida más impopular, sin duda, es la instauración de un plan de apagones programados que, en principio, serán de hasta seis horas diarias en diferentes franjas (mañana, tarde y noche en días sucesivos). Lage explicó que los cortes -que en las últimas semanas han provocado gran malestar- "se mantendrán hasta tanto se normalicen las condiciones" y que incluso podrá haber apagones fuera del programa, ya que la crisis actual no se debe a la falta de combustible, sino a la falta de capacidad de generación del sistema.
Otros remedios serán reducir el alumbrado al mínimo imprescindible en los centros estatales, paralizar los aires acondicionados y verificar que en los locales climatizados la temperatura no baje de los 24 grados Celsius.
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