Matanza de niños en Bagdad
Una serie de atentados en todo el país causa la muerte de más de 40 personas, de ellas 37 niños
La dramática escalada de violencia en Irak acabó ayer con la vida de más de 40 personas, en su mayoría niños, en una serie de atentados por todo el país que hirieron a más de 200 personas. El ataque más sangriento se produjo en el barrio bagdadí de Bayaa mientras se celebraba la ceremonia de inauguración de una estación de bombeo de agua organizada por el Gobierno interino. Entre las víctimas se cuentan 37 niños que habían acudido al acto atraídos por los caramelos que distribuían los soldados estadounidenses. En el ataque intervinieron al menos tres coches bomba, según el Ejército de EE UU. El segundo se lanzó sobre la multitud congregada en torno a la ambulancia que trasladaba a los primeros heridos.
Mujeres de negro golpeándose la cabeza y hombres manchados de sangre pugnaba ayer ante la morgue del hospital Yarmuk de Bagdad por recuperar los cuerpos de sus niños muertos en el atentado del barrio de Bayaa, según informa France Presse. En el establecimiento, el personal intentaba calmar la histeria colectiva que se había apoderado de los padres.
Un hombre llegó corriendo llevando en los brazos un pequeño cuerpo. "Es mi hijo, es mi hijo Alí", gritaba. "Estoy buscando a Ukail, ¿dónde está Ukail?", preguntó antes de hundirse al conocer que su segundo hijo figuraba entre los muertos. "Tenemos aquí 41 cuerpos, 3 hombres, y 1 mujer, y el resto son niños", declaró un responsable de la morgue. Un poco más tarde, el Ministerio de Sanidad iraquí elevó el balance del atentado a 42 víctimas mortales y unos 200 heridos.
En el desorden del hospital Yarmuk estalló una pelea. "Nunca mataron a nuestros hijos de esta forma bajo Sadam Husein", le gritaba uno a otro. "Esto no es la Yihad; es contrario al islam; el islam no puede tolerar estos crímenes. [Los terroristas] han manchado la imagen de la resistencia", añadió, agarrado por miembros del personal que intentaban calmarle.
El ataque de Bayaa se produjo unas horas de después de otro atentado con coche bomba contra un puesto de control cerca de Abu Ghraib, al oeste de la capital, en el que murieron 1 soldado norteamericano y 2 policías iraquíes. Otros 3 estadounidenses y 10 iraquíes resultaron heridos, según un comunicado del Ejército de EE UU. Según una fuente hospitalaria de Abu Gharib citada por la agencia Reuters, un total de 60 personas resultaron heridas en este ataque.
En la ciudad de Talafar, en el norte, cerca de la frontera con Siria, otra explosión causó la muerte de 4 personas y heridas a otras 16, indicó la policía local. Varias versiones aparecieron acerca del origen de la explosión. Un portavoz militar norteamericano aseguró que se trataba de un coche bomba, pero según la policía de la vecina Mosul, el artefacto estaba colocado en la carretera.
Contingente de la OTAN
Mientras tanto, el Ejército estadounidense prosiguió ayer su campaña de bombardeo sobre la ciudad de Faluya, el feudo de la insurgencia suní, a unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad. Desde el pasado abril, los marines ya no se aventuran en la localidad, pero los ataques aéreos se producen casi a diario, generalmente contra casas donde los informantes afirman que se esconden seguidores del jordano Abu Musab al Zarqaui, el supuesto representante de la red terrorista Al Qaeda en Irak. Ayer, El Ejército norteamericano bombardeó lo que señaló como "un conocido escondite de los terroristas". El comunicado oficial aseguró que "explosiones segundarias" que se produjeron después del bombardeo demuestran que la casa estaba repleta de municiones.
En el frente de los secuestros, la cadena de televisión Al Yazira difundió ayer un vídeo del grupo Ejército Islámico en Irak en el que se veía a tres rehenes. La cinta aseguraba que en total había secuestrados seis iraquíes, dos libaneses y dos indonesias, empleados de una compañía de electrónica. Los terroristas no presentaron exigencia alguna.
Por otro lado, el plan de la OTAN para formar los mandos del futuro Ejército iraquí supondrá la movilización de unos 3.000 efectivos, según el plan elevado a los Gobiernos aliados por el comandante supremo aliado en Europa, general James Jones, informa Ricardo Martínez de Rituerto desde Bruselas.
Los embajadores aliados discutirán el plan la próxima semana y remitirán sus enmiendas al general norteamericano para que en función de ellas finalice los detalles, incluida la cifra de instructores. "El número de instructores no será muy alto", dijo ayer el general Jones. Los 3.000 efectivos, que incluyen tropas de protección, comando y control y otros elementos de apoyo, serán proporcionados por alrededor de 16 de los 26 países de la Alianza para operar sólo en el interior de Irak.
El general Jones cree que no habrá problemas para reclutar militares iraquíes. "Fue un error disolver el Ejército ", dijo. De los mandos purgados se extraerán los futuros responsables, tras analizar su pasado. "El problema está en los generales. No lo habrá hasta el nivel de teniente coronel".
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