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Bush reprochó por carta al presidente que invitara a la retirada de Irak

Zapatero respondió que entre amigos, lo mejor es hablar con claridad

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, escribió una carta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en protesta por las declaraciones que éste hizo el pasado 9 de septiembre en Túnez invitando a otros países a que se retiraran de Irak. Según ha podido confirmar este diario en fuentes gubernamentales, la misiva, firmada por el propio presidente, fue recibida en Madrid pocos días después de que el 11 de septiembre, la Embajada estadounidense, con ocasión del tercer aniversario del brutal atentado contra las Torres Gemelas, recordara que España es "un aliado firme" de EE UU y diera por zanjado el incidente.

En su carta a Zapatero, Bush mostraba claramente su sorpresa y desagrado por lo que el presidente español había manifestado en la capital tunecina. "Dicho con todo el respeto a la posición de los demás países, si hubiera más decisiones en la línea del pueblo español, se abriría una perspectiva más favorable", había declarado Zapatero.

El presidente español respondió ese mismo día con otra carta, en la que expresaba a Bush que lo mejor que se puede hacer con un amigo es hablar con claridad y manifestar abiertamente las diferencias, cuando existen, argumento que Zapatero ha desarrollado luego en su entrevista con la revista Time y en otras intervenciones públicas.

Con este cruce de cartas, Washington y Madrid dan por zanjado oficialmente el incidente, aunque las relaciones entre ambos sufren las divergencias profundas causadas por la guerra de Irak.

El presidente del Gobierno insistió ayer, en una conferencia de prensa con el primer ministro de Bulgaria, Simeón de Sajonia Coburgo, que "no se trata de decir a nadie que se equivocó" en Irak, sino de "ver entre todos cómo se puede hacer frente a una situación que se agrava cada día más en términos de coste de vidas humanas". También dejó claro que una de sus preocupaciones primordiales es evitar nuevos choques con Washington, cuando, tras reiterar la idea que ya expresó el pasado martes de que una eventual conferencia internacional sobre Irak debería ser promovida por el Consejo de Seguridad de la ONU, señaló que "no se puede incurrir en el riesgo de reabrir viejas heridas, porque hoy no es nada conveniente dividir".

El presidente hizo estas declaraciones en la conferencia de prensa que celebró con Simeón de Sajonia, ex rey que estuvo exiliado en Madrid, al que acogió como "algo más que un hermano". Es la primera visita oficial del líder búlgaro electo en 2001, cuyas malas relaciones con Aznar, que apoyó a su contrincante en las elecciones, fueron proverbiales.

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Zapatero aseguró que Bulgaria "ha hecho bien los deberes" para entrar en la UE y se mostró seguro de que el informe que la Comisión Europea debe presentar al respecto el 6 de octubre será positivo. También dijo que España apoya plenamente el objetivo de que Bulgaria firme su tratado de adhesión en el primer trimestre de 2005, para poder ingresar en 2007.

Decirse la verdad

En una entrevista que hoy publica el diario portugués O Público, Zapatero explica que la retirada de Irak fue "una fotografía" que prometió en la campaña electoral como alternativa a la de Las Azores. "Quitar a España de la foto de Las Azores y colocarla en la foto de la cumbre de la lucha contra el hambre".

Preguntado sobre las relaciones de la UE con EE UU, responde: "Es una relación de alianza y de buena amistad, y dos buenos amigos se dicen la verdad y tienen la capacidad de discrepar. Las posiciones europeas, con sus valores y su historia, tienen unas características distintas a las de la sociedad americana, representan una visión complementaria y enriquecedora. Sería muy preocupante que hubiera una visión unívoca. El mundo es diverso. Los norteamericanos no pueden ver la realidad que representa el Mediterráneo como la vemos nosotros, por poner un ejemplo".

El primer ministro de Bulgaria, Simeón de Sajonia Coburgo, y José Luis Rodríguez Zapatero, en La Moncloa.
El primer ministro de Bulgaria, Simeón de Sajonia Coburgo, y José Luis Rodríguez Zapatero, en La Moncloa.REUTERS

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