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Reportaje:

La economía renace pese a la Intifada

Palestinos e israelíes mejoran sus condiciones de vida después de cuatro años de revuelta y más de 4.000 muertos

La segunda Intifada entra hoy en su quinto año arrastrando un sangriento balance; más de 4.000 muertos y millares de heridos. Paradójicamente, a pesar de los efectos catastróficos provocados por la revuelta, las economías palestina e israelí han empezado a dar signos de moderada reanimación. Los síntomas de esta bonanza se palpan ya en la calle; Tel Aviv celebra la llegada del turista un millón, mientras Ramala se lanza a la carrera del consumismo.

"La economía israelí ha salido de la Unidad de Cuidados Intensivos, tras tres años de permaner en estado de coma. La situación aún es frágil, pero ha dejado ya de ser angustiosa", asegura el economista Alfred Tovias, de 57 años, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, responsable de la cátedra de Estudios Europeos Jean Monnet, mientras baraja una serie de macroindicadores esperanzadores.

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La tasa de crecimiento de Israel, que cayó en siete puntos en 2001 como consecuencia del estallido de la Intifada, superará según todas las previsiones el 4% en 2004, colocando así el país en una situación de crecimiento similar a la que tuvo durante el primer Gobierno de Benjamín Netanyahu, muy cerca de los índices óptimos que los especialistas cifran entre el 5% y el 6%. El déficit presupuestario es ya sólo de un 4%, después de haber alcanzado hasta dos puntos más en épocas anteriores.

El sector del turismo israelí, otro de los sectores clave de la economía, ha empezado también a reactivarse, tras tres años de crisis. Este mes de agosto llegó a Jerusalén el turista un millón. Se espera que antes de acabar el año Israel llegue a recibir un millón y medio de visitantes, lo que supone en la práctica el doble de los turistas recibidos en 2002, el más catastrófico de la última década. Israel estará, sin embargo, lejos de las cifras óptimas de turistas, como la de 1999, en la que entraron 2,3 millones, o la de 2000, con 2,4 millones.

"Las razones de esta reanimación económica son tres. En primer lugar, la mejora de la situación económica internacional; en segundo, una cierta calma en el frente de la seguridad con un claro descenso de los atentados terroristas, gracias entre otras a la construcción del muro, y por último, por la reactivación de la demanda en el mercado de alta tecnología", asegura el profesor Tovias, que minimiza y relativiza otros indicadores preocupantes, como el 10% de desempleo y la aparición de grandes bolsas de pobreza, que ponen en evidencia los desequilibrios sociales y colocan el país a las puertas de lo que los más pesimistas califican como una "rebelión de los pobres".

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La situación económica en los territorios palestinos también ha mejorado relativamente. Los grandes indicadores económicos muestran que durante el último año hubo un crecimiento del 1,2%, lo que ha permitido a algunos ciudadanos salir del pozo en el que se encontraban sepultados tras dos años de bombardeos, toques de queda y cierres. Un cierto clima de euforia se ha empezado a detectar especialmente en Ramala, la capital palestina de Cisjordania, donde en los últimos meses han empezado a abrirse centros comerciales, sociales y culturales, al tiempo que los vecinos se lanzaban a la carrera del consumismo. Todos coinciden en asegurar que el dinero circula por las calles.

El Ramala Cultural Palace se ha convertido, con el centro comercial Plaza, en el mascarón de proa de la nueva singladura económica palestina. Situados muy cerca de las ruinas de la Mukata, el cuartel general del presidente Yasir Arafat, atraen todos los días a cientos de visitantes. El Plaza es el fruto del esfuerzo de empresarios palestinos y el Cultural Palace es el resultado de la cooperación internacional, especialmente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y de la ayuda de Japón. Es como si los palestinos trataran de ver más allá de la Intifada y trataran de colocar su país en el punto de partida.

"Estamos trabajando y preparándonos para cuando tengamos un Estado palestino y se ponga fin a la ocupación", asegura el abogado Saad Jatib, de 41 años y director del departamento de Comercio del Paltrade, una organización empresarial para promocionar productos palestinos.

Niños palestinos lanzan piedras al Ejército israelí en el campo de Balata (Cisjordania).
Niños palestinos lanzan piedras al Ejército israelí en el campo de Balata (Cisjordania).REUTERS

Donaciones millonarias

Los palestinos reciben anualmente 1.000 millones de dólares en donaciones, lo que supone una media de 310 dólares (250 euros) por año y persona, una cifra calificada de "muy alta" por un reciente informe del Banco Mundial.

Los economistas, sin embargo, alertan de que la entrega del dinero no resolverá por sí misma los problemas sociales de los palestinos ya que su solución está vinculada a otros factores de índole política, como son la estabilidad o el levantamiento de cierres impuesto por el Ejército israelí.

El mismo informe añade que la decisión de Israel de retirarse de la franja de Gaza y desmantelar los 21 enclaves judíos no supondrá por sí sola una mejora de la situación palestina, si como contrapartida el primer ministro Ariel Sharon opta por cerrar herméticamente Cisjordania, concluyendo la construcción del muro.

Los pronósticos aseguran que la situación económica palestina podría agravarse y convertir la vida en un verdadero caos. La conclusión del Banco Mundial es tajante: los proyectos israelíes podrían crear una situación aún peor que la de hoy.

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