Cientos de vecinos reclaman sus casas en los barrios del sureste

Alrededor de 350 afectados por los retrasos en la construcción de los nuevos desarrollos urbanísticos del sureste de la capital (Los Ahijones, Los Berrocales, Cañaveral y Los Cerros) se concentraron ayer para reclamar la entrega de sus pisos. Se reunieron en el lugar en el que ya tendrían que estar construidas sus viviendas desde hace dos años, pero que continúa siendo un solar entre los distritos de Vicálvaro y Villa de Vallecas.

Está previsto que estos nuevos barrios acojan a unos 500.000 habitantes en 70.000 viviendas. Pero los afectados por los retrasos, los que empezaron a pagar en 1998 o 1999, son unas 15.000 familias que compraron una casa de protección oficial, esto es, su precio lo fijan las administraciones y a ellos sólo pueden acceder quienes cumplan ciertos requisitos.

Ahora, el miedo de estas familias es que cuando por fin empiecen a construir sus viviendas ya no cumplan estos requisitos. Así lo cuenta Juan Pablo Muñoz -casado, con dos hijos-, que pagó 30.000 euros entre 1999 y 2002 por una casa que aún no existe. Así, Juan Pablo, uno de los portavoces de la Asociación de Vecinos del Sureste -creada para reclamar sus viviendas- les explicaba ayer a los manifestantes en qué fase administrativa se encuentra cada uno de los barrios. El más adelantado es el de Los Cañaverales, cuyo proyecto de urbanización está previsto aprobarse el próximo jueves, con lo que podrían tener sus casas en 2009. "Cuando una pareja de jubilados ha escuchado esa fecha, casi se caen al suelo", aseguraba Juan Pablo.

Causas burocráticas

En cuanto a Los Ahijones y Los Berrocales, las situación es más difícil, pues aún se tienen que modificar algunos puntos del proyecto. Sobre los Cerros, según el portavoz de los vecinos, aún hay poca información.

Las causas de estas demoras son burocráticas, según admite el Ayuntamiento. Por un lado, debido al retraso en la construcción de los otros proyectos de actuación urbanística (PAU) del norte -Arroyo Fresno, San Chinarro, Montecarmelo y Las Tablas- y, por otro, a la envergadura del proyecto del sureste -70.000 viviendas en 4.300 hectáreas que albergarán a una población similar a la de Valladolid-.

Por estas razones, los vecinos piden que "el Ayuntamiento y la Comunidad se impliquen un poquito para sacar esto adelante", reclamaba Juan Pablo.

Los retrasos han sido la tónica general en la construcción de los nuevos barrios de la capital. Pero en algunos de ellos ya hay, por fin, residentes. Éste es el caso de Sanchinarro, Las Tablas y Montecarmelo. Pero una vez conseguidas sus viviendas, la siguiente reivindicación de los vecinos era la falta de infraestructuras. El PAU de Montecarmelo, en el que viven desde algunos meses 334 familias, cuentan desde ayer con un servicio especial de autobuses que los comunica con el intercambiador de la plaza de Castilla. Esta línea será convencional (con mayor servicio), cuando el barrio tenga un mayor grado de ocupación, según el Ayuntamiento.