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Reportaje:DEBATE SOBRE POLÍTICA GENERAL | EL 'LEHENDAKARI' VINCULA EL ÉXITO DE SU PLAN A LAS ELECCIONES VASCAS | EL FUTURO DE EUSKADI

Ibarretxe: "Nada impedirá el referéndum"

El lehendakari Juan José Ibarretxe, dijo ayer que "nada ni nadie" impedirá la anunciada consulta popular sobre su plan de libre asociación, para cuya convocatoria solicitará "autorización" sólo a la Cámara vasca. "Hemos abierto una ventana a la esperanza y nada ni nadie va a conseguir cerrarla de nuevo. Queremos decidir y nada ni nadie os lo va a impedir", advirtió.

Ibarretxe aprovechó el último pleno de política general de su mandato para mostrar toda su firmeza en el mantenimiento de su proyecto y su determinación de llevarlo hasta sus últimas consecuencias, con la convocatoria de un referéndum después de las elecciones autonómicas. "Si el Parlamento vasco aprueba una propuesta (...) y las Cortes generales no se avienen a un proceso de negociación, solicitaré autorización a la Cámara para la celebración de una consulta general en referéndum que ratifique el proyecto aprobado". "Di mi palabra y la he cumplido", señaló refiriéndose a la presentación de su proyecto. "Quien no ha participado, es simplemente porque no ha querido" y en vez de aceptar "la mano tendida" ha preferido "destruir, bloquear y obstaculizar", aseveró.

"Una cosa es segura: serán los propios ciudadanos vascos los que, con su veredicto en las elecciones del próximo año, pongan a cada cual en su sitio"
"La negociación es imposible con ETA poniendo bombas. ETA está en su última oportunidad. Cada atentado será un nuevo paso hacia su autodestrucción"
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El discurso de Ibarretxe fue de inmediato criticado por la oposición como "duro y agresivo". El PSE vio en él la confirmación de su decisión de mantener su "desafío al Estado de derecho, vulnerar las reglas del juego y embarcarse en un proceso constituyente" mientras el PP estimó que "no tiene empacho en, pase lo que pase, saltarse la ley a la torera" anunciando que convocará un referéndum para el que no tiene competencias.

La referencia a la petición de autorización a la Cámara vasca para llevar a cabo el referéndum fue la única aportación novedosa a lo que el lehendakari ha revelado hasta ahora sobre sus planes futuros. Un anuncio que cabría interpretar como la advertencia de que el único mandato y soberanía que reconoce es la representada en el Parlamento autonómico.

Campaña electoral

El lehendakari confirmó que su plan será votado en la Cámara autonómica a fin de año y su discurso tuvo además el tono del pistoletazo de salida a un largo período preelectoral de nueve meses en Euskadi. Acusó a la oposición de estar "obsesionada" en "meter a Euskadi en una campaña electoral de varios meses", pero a continuación él mismo realizó un balance triunfal de su gestión en toda la legislatura, y afirmó: "Una cosa es segura: serán los ciudadanos los que, con su veredicto en las elecciones del próximo año, pongan a cada cual en su sitio y nos indiquen el camino a seguir en el futuro". Las elecciones, reiteró, se celebrarán en su fecha, es decir, en mayo o junio del año próximo.

Ibarretxe sólo mencionó el Estatuto de Gernika, que cumple 25 años dentro de un mes, para resaltar que en el referéndum de su aprobación "se abstuvo el 41%" de los electores, lo que, junto a los 25 años transcurridos desde entonces, justificaría una nueva consulta. El Estatuto vasco fue aprobado en 1979 con un 94,60% del voto afirmativo. Ibarretxe tampoco realizó ninguna referencia expresa a las víctimas del terrorismo ni a los amenazados por ETA que precisan protección policial, en un comportamiento que ya le fue afeado por la oposición en otras ediciones de este debate. Sorpresivamente, sí mencionó el Pacto de Ajuria-Enea para decirle a ETA que, si da una oportunidad a la paz, "sería factible materializar la apuesta por un final dialogado de la violencia" contenida en aquel acuerdo, y "se abriría la oportunidad de iniciar un proceso de reconciliación". A diferencia del tono empleado con el PSE y PP, Ibarretxe se mostró conciliador con Arnaldo Otegi, a quien llegó a explicitar la posibilidad de entrar en el Gobierno si ETA abandona la violencia.

Reiteró la necesidad de alcanzar un pacto que reconozca que "Euskadi es un pueblo con identidad propia y que puede convivir con el Estado español sólo si se respeta su propia voluntad y su libre decisión". Y añadió que hay instrumentos jurídicos para ello, entre los que mencionó la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Canadá.

El lehendakari inició su discurso con un ataque directo a los socialistas, sobre cuya propuesta de reforma estatutaria ironizó denominándola "el elixir de las soluciones mágicas" y de quienes dijo que quieren "volver a intentar el asalto al Gobierno vasco de la mano del PP". A este partido le acusó de tratar de "reeditar la coalición del No y del fundamentalismo constitucional" de 2001.

Ibarretxe reiteró que su plan "contribuye a cerrar las puertas de la violencia" y afirmó que el País Vasco está ya "en un escenario post-ETA". Se quejó de haber sufrido "la más grave cruzada que un Gobierno legítimo haya sufrido en Europa", una "ofensiva asfixiante" que, dijo, debería ser "la vergüenza de la democracia española". En ese contexto, reprochó al presidente Rodríguez Zapatero, haberse manifestado en San Sebastián contra su plan "en compañía de la Falange española", en alusión a la manifestación de la plataforma ciudadana Basta Ya que recorrió las calles donostiarras el pasado año, pero se felicitó de estar "en un nuevo tiempo de esperanza" y de que "la modificación constitucional haya dejado de ser un tabú y se debata sobre el modelo de organización territorial del Estado".

"Catastrofistas"

Ibarretxe se quejó de que "el ruido mediático" haya "ocultado" la gestión de su Gobierno y dedicó buena parte de su intervención a desgranar los parámetros económicos, sociales y de bienestar en los que el País Vasco supera las medias españolas y, a veces, incluso europeas, según los datos que manejó. Lo hizo, dijo, para combatir la idea, extendida "por la oposición y algunos medios de comunicación", a quienes se refirió como "mercenarios del catastrofismo", de que su Gobierno, embebido en su plan de libre asociación, no se ha preocupado "de la Euskadi real". Donde ellos ven "un túnel sin luz", indicó, "yo veo un cuadro de color y esperanza".

El País Vasco tiene problemas y asuntos pendientes, reconoció, pero éstos son responsabilidad, como las infraestructuras, la no disponibilidad de "los principales instrumentos para luchar contra el paro y la precariedad", o el conflicto del astillero de La Naval de Sestao, del Ejecutivo central, al que anunció que le tendrá "enfrente" si no da "una respuesta positiva" sobre el futuro de esta empresa.

Ibarretxe atiende una de las intervenciones en el curso del debate de ayer.
Ibarretxe atiende una de las intervenciones en el curso del debate de ayer.PRADIP J. PHANSE

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