López proclama el "fracaso" de Ibarretxe y su plan, y ofrece ampliar el pacto estatutario

El líder de los socialistas vascos, Patxi López, proclamó ayer el final de la "insensata aventura independentista" iniciada por el PNV en Lizarra y el "fracaso" del lehendakari y su plan de nuevo estatuto. López dibujó a un presidente vasco instalado "en el no, la cerrazón y la radicalización", incapaz de ver que la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero ha abierto una nueva etapa en España que, según López, va a propiciar también un "tiempo de diálogo entre los partidos vascos". En esa nueva etapa, López ofreció "profundizar" en el pacto estatutario logrado hace 25 años desde el consenso.

"Claro que queremos conquistar el poder y que pasen una buena temporada en la oposición. Este no es su batzoki, métaselo en la cabeza". El secretario general del PSE-EE respondía así a las críticas vertidas por el lehendakari en su intervención, en la que censuró a los que ya están en la precampaña con su candidato ante unas elecciones que aún no han sido convocadas, en clara alusión al PSE.

Y, sin embargo, los socialistas mantuvieron el guión al presentar su proyecto de reforma estatutaria con "espíritu de pacto entre diferentes", como el que alumbró el Estatuto de Gernika. López dejó claro que el socialismo vasco no tiene ningúna intención de contraponer un plan Lopez al denominado plan Ibarretxe porque, según su interpretación, lo que quiere el lehendakari es que "unos vascos decidan contra otros vascos". "Su desafío de esta mañana", aseguró en su intervención vespertina, "anunciando un referéndum ilegal y unilateral así lo atestigua".

El líder de los socialistas vascos criticó la "Euskadi idílica" dibujada por el presidente vasco y le reprochó poner más pasión en defender al mundo de Batasuna que a las víctimas del terrorismo de ETA. "Seguramente", elucubró, "porque como ha ocurrido en el pasado no pierde la esperanza de contar con su apoyo en el futuro".

Los socialistas fueron ayer objeto de la crítica por la situación que atraviesa el astillero de La Naval de Sestao, incluido la del lehendakari. López reiteró el compromiso de Zapatero para que "siga abierta" y se negocie con los sindicatos un plan industrial que garantice su futuro. Pero le devolvió la pelota y le acusó de haber limitado su acción de Gobierno a "generar alarma entre los trabajadores por motivos electorales", en vez de "arrimar el hombro y contribuir a buscar soluciones". "¿Hasta dónde va a llegar el compromiso del Gobierno vasco, en qué y cómo? Gobierne y ejerza. ¡Basta de demagogias!", apuntó enfáticamente.

López renovó su propuesta de adecuar el pacto estatutario a las nuevas necesidades, pero desde el consenso, no desde la unilateralidad que, a su juicio, impregna todo el plan. Una reforma para mejorar la calidad de vida de los vascos y acomodar "sus sentimientos de pertenencia". Pero sin separarse ni un milímetro del "respeto a la legalidad". El líder socialista, en un discurso monocorde que sólo rompió en la segunda réplica, visiblemente enfadado, reiteró que no tiene previsto entrar en el juego parlamentario del nuevo estatuto con una contrapropuesta. "No presentaremos un texto articulado hasta que no tengamos la convicción de que va a ser útil para facilitar el diálogo y alcanzar acuerdos".

"La Euskadi real, La Naval"

En la réplica, Ibarretxe le acusó de haber "venido con el discurso escrito" y con la pegatina preelectoral detrás y le espetó que "la Euskadi real es lo que pasa en La Naval", en alusión a la conflictividad obrera por el futuro del astillero. El lehendakari, que contestó en algunas cosas conjuntamente al PP y al PSE para mantener la ficción de la entente constitucionalista que funcionó en las autonómicas de 2001, reconoció que los socialistas tienen "espíritu de pacto". Pero enseguida añadió "de Pacto Antiterrorista con el PP". López quiso saber si irá a la Conferencia de Presidentes autonómicos. Ibarretxe señaló que si el Gobierno quiere "abortar la bilateralidad entre Euskadi y España", él dirá "rotundamente no a esa conferencia".