Zapatero propone una Alianza de Civilizaciones con el mundo islámico

España combatirá el terrorismo, pero "sólo" desde la legalidad nacional e internacional, el respeto a los derechos humanos y a Naciones Unidas. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, concretó ayer en esta idea, tan en línea con lo expuesto antes por el secretario general, Kofi Annan, como disonante con el discurso del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, su primera exposición ante la ONU de los principios de la nueva política exterior española. Además, propuso la apertura de un diálogo institucional con el mundo árabe.

Zapatero, que se presentó como líder de "un país antiguo y diverso, con diversas lenguas, con distintas tradiciones, con distintas culturas", empezó por razonar que, por su dramática experiencia, España está fuera de sospechas en materia de lucha antiterrorista. "Nuestra historia es nuestro aval", dijo, tras afirmar que "los españoles, las españolas, no tuvieron miedo" el 11-M, en alusión a quienes sostienen que el terror cambió el resultado de las elecciones legislativas. "Las victorias exigen humildad, y las derrotas, inteligencia", remachó en una rueda de prensa, en la que también afirmó que "un profundo respeto a la voluntad popular es la esencia de la democracia".

"Resistiremos al terrorismo", aseguró, pues, el presidente, pero sólo con las condiciones de legalidad ya indicadas. "Sólo así", insistió, y explicó que ello no se debe únicamente a motivos éticos, sino a que "sólo así" se gana la batalla.

Descendiendo al caso concreto de Irak, Zapatero se declaró solidario con todas las víctimas, pero evitó pronunciarse sobre la legalidad de la intervención. Recordó, simplemente, que "la abrumadora mayoría del pueblo español se manifestó en contra". "No nos convencieron las razones de quienes la promovieron", añadió. "La paz es la tarea", y exige "más heroísmo que la guerra", afirmó luego, para explicar el repliegue de las tropas españolas. Pero no se extendió más sobre cómo salir del problema. Reiteró, conciliador, que lo importante es que Irak recupere su estabilidad y soberanía.

Las causas del terrorismo

En su rueda de prensa, reconoció que, aunque comparte con Bush objetivos como "la lucha por la libertad y la democracia", hay diferencias. "Pero tenemos una solidaridad muy fuerte, por encima de esas divergencias, aunque hayan sido importantes", puntualizó. Otro punto de desencuentro es la insistencia de Zapatero en analizar las causas del terrorismo. "No tiene justificación, como la peste", declaró ante la asamblea, "pero se debe pensar racionalmente cómo se produce, cómo crece, para combatirlo racionalmente", explicó. En ese contexto, se sitúa no sólo el apoyo del Gobierno a la Alianza contra el Hambre formalizada el lunes, sino la propuesta que ayer hizo a la Asamblea General y al propio Annan en una entrevista privada, de que se cree "una Alianza de Civilizaciones entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán", a fin de evitar que, tras la caída del muro de Berlín, "el odio y la incomprensión levanten otro".

Si la propuesta es aprobada, Zapatero pide que la ONU forme en este periodo de sesiones un Grupo de Alto Nivel, como suele hacer frente a los grandes problemas, a fin de reunir a personalidades y expertos que debatan los retos de la seguridad, el multilateralismo, la inmigración, la identidad cultural, la educación o el papel de los medios de comunicación, en torno a una mesa cultural y otra política.

Acorde con este papel de adalid del diálogo con el mundo árabe, es también la advertencia de que "no habrá estabilidad ni seguridad en el mundo" mientras no se resuelva el conflicto de Oriente Próximo. Se declaró "del lado de Israel" frente al terrorismo, pero denunció la ilegalidad del muro de la vergüenza, y, a diferencia de Bush, apoyó a Arafat. "Es verdad que el liderazgo palestino ha atravesado una situación objetiva de dificultad y debilidad, pero no podemos esperar a otro más asentado", dijo en su rueda de prensa.

Por lo demás, Zapatero pasó de puntillas sobre el Magreb, con su llamamiento a "la integración regional" y "a todas las partes" para que negocien "una solución política" del conflicto del Sáhara; ratificó su compromiso con todos los aspectos de los derechos humanos y la Corte Penal Internacional, y, a falta de posición oficial, confirmó que, en materia de reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, España está abierta a un aumento del número de miembros, siempre que se trate de los no permanentes.

El discurso, que fue muy aplaudido, se cerró con la habitual referencia a la solidaridad iberoamericana y a Gibraltar. Esta última incluyó las novedades de una menor insistencia en la soberanía y mayor apertura a la colaboración con los llanitos.