_
_
_
_
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU

Bush defiende la guerra de Irak

El presidente de EE UU pide a Naciones Unidas que ayude más a la democratización de Bagdad

George W. Bush defendió ayer ante la asamblea general de la ONU que la guerra de Irak fue el desenlace de las "graves consecuencias" que el Consejo de Seguridad había prometido a Sadam Husein si no cumplía con sus obligaciones. Bush, atento a las elecciones de dentro de seis semanas, dijo que Irak está "en el camino de la democracia" y reclamó un mayor compromiso de la ONU con el país. En su discurso de 24 minutos, el presidente abogó por luchar "con justicia y dignidad contra el radicalismo y el terror, para conseguir una verdadera paz fundada en la libertad", y pidió a la comunidad internacional más energía contra el terrorismo y el apoyo a misiones como la lucha contra el sida o el cese de la violencia en Sudán.

Más información
Annan: "El Estado de derecho está en peligro"
Japón, Brasil, Alemania e India quieren un puesto permanente
Zapatero propone una Alianza de Civilizaciones con el mundo islámico
"Resistiremos al terrorismo siempre desde la legalidad"
Al menos 11 muertos en Bagdad en un atentado con coche bomba frente a un centro de reclutamiento
Zapatero asegura que intentó trasladar en la ONU "las ideas de muchos jóvenes"

"Cuando hablamos de consecuencias graves, deben ser graves, por el bien de la paz. Por eso una coalición de naciones hizo cumplir las justas exigencias del mundo".

Una semana después de que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, reiterara que la invasión de Irak había sido ilegal -y nada más escucharle decir que "el imperio de la ley está en peligro en todo el mundo"- el presidente estadounidense mantuvo el argumento sostenido por los Gobiernos que apoyaron la guerra: la resolución 1.441 y otras anteriores daban la cobertura legal suficiente para el ataque y la invasión "ayudó a que el pueblo iraquí se librara de un dictador que estaba fuera de la ley".

Además de discutir con la parte de la comunidad internacional que discrepa radicalmente de él -porque los argumentos de la guerra sobre las armas y la conexión con Al Qaeda se han mostrado falsos-, Bush estaba ayer contestando al demócrata John Kerry, que el día anterior le había acusado de engaños, arrogancia e incompetencia y había afirmado que no merecía la pena cambiar a un dictador por el caos que vive Irak.

Campo de batalla electoral

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Los dos candidatos han apostado por convertir la guerra en el principal campo de batalla de las elecciones y Bush reiteró su visión: tanto ese país como Afganistán están ahora mejor de lo que estaban y la ONU debe responder a las peticiones del primer ministro iraquí -que habla mañana ante la Asamblea- y "hacer más para ayudar a construir un país seguro, democrático, federal y libre".

"Un Irak democrático tiene enemigos despiadados", continuó Bush, que acusó a Al Qaeda y sus aliados de estar detrás de los atentados suicidas en Irak y mencionó la decapitación, anteayer, de un rehén estadounidense.

"Como hemos visto en otros países", dijo aludiendo a España, "uno de los principales objetivos de los terroristas es sabotear, alterar e influir en los resultados electorales. Los atentados aumentarán a medida que se aproximan las citas electorales en Afganistán e Irak (...) Estas dificultades no cambiarán nuestra convicción de que el futuro de los dos países es un futuro de libertad: les apoyaremos hasta que sus esperanzas de libertad se colmen", añadió.

"Todos nos jugamos mucho en el éxito de las democracias más jóvenes del mundo. (...) No hace mucho, los regímenes fuera de la ley de Kabul y Bagdad amenazaban la paz y patrocinaban a los terroristas, desestabilizaban una zona vital y aterrorizaban a sus ciudadanos. Hoy están en el camino hacia la libertad y la democracia, sus Gobiernos no amenazan a otros países y en lugar de ser refugio de terroristas, combaten contra ellos".

Bush evocó la reciente matanza de niños en Beslán y citó el comentario en el cementerio de una de las mujeres rehenes en la escuela y cuyo sobrino murió: "¿Qué habían hecho estos niños? Esos niños rusos no habían hecho nada para merecer los sufrimientos horribles y el terror y la muerte. La gente de Madrid y de Jerusalén, de Estambul y de Bagdad no había hecho nada para merecer las muertes imprevistas e indiscriminadas".

El presidente estadounidense advirtió después: "Estamos decididos a destruir las redes terroristas allí donde se encuentren, y EE UU agradece la cooperación de todos los países". Específicamente, Bush dio las gracias a los soldados de los países que han participado en las guerras de Afganistán e Irak y también al personal de la ONU víctima de los atentados en ambos países, con una mención especial a Sergio de Mello, enviado especial en Irak y muerto en el verano de 2003 en Bagdad.

Sobre el conflicto entre palestinos e israelíes, George W. Bush pidió a los líderes internacionales que no respalden -en clara referencia al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat- a los dirigentes que "les fallan a sus pueblos y traicionan sus causas".

El presidente hizo un llamamiento a Israel para congelar los asentamientos, desmantelar los considerados ilegales y acabar con "la humillación diaria del pueblo palestino", y al Gobierno palestino y a los países árabes para cortar todos los lazos con organizaciones terroristas.

En la parte más conciliadora, el presidente Bush dijo que "el gran objetivo es construir un mundo mejor", y desgranó -bajo el epígrafe común de la creencia en la dignidad humana- el compromiso de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, contra el tráfico de personas y contra la corrupción, a favor del alivio de la deuda de los países pobres, de la intervención para frenar "el genocidio de Sudán" y de los derechos de las minorías y las mujeres. Bush acabó confiando en que "este nuevo siglo será el siglo de la libertad".

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante un momento de su intervención ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante un momento de su intervención ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.AP

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_