La Generalitat no autoriza una central térmica en Sant Pere de Torelló

El Departamento de Medio Ambiente y Vivienda ha puesto freno al polémico proyecto de central térmica de cogeneración de combustible preparado de Sant Pere de Torelló (Osona) y ha instado a la empresa CERR a construir, en su lugar, una central de biomasa. Con su decisión, la Generalitat intenta reducir las emisiones de combustibles fósiles y cumplir con los parámetros del Protocolo de Kyoto. Sobre el terreno, la noticia se ha recibido con satisfacción y escepticismo.

La pelota pasa ahora al tejado de la empresa CERR, participada por las compañías Cespa, Endesa, Emte y Estabanell y Pahisa, que tienen dos semanas para pronunciarse. Según la directora general de Calidad de la Generalitat, Maria Comella, "la empresa parece dispuesta a reconducir el proyecto, aunque hace falta ver qué pasa a partir de ahora y qué alegaciones presentan". El director regional de Cespa, Manel Garriga, reconocía ayer al mediodía a este diario no haber recibido ninguna notificación oficial y prefirió no adelantar posibles conclusiones antes de leer la propuesta.

El alcalde de Sant Pere, Jordi Fàbrega, declaraba estar satisfecho con la propuesta de Medio Ambiente y valoró que se desbloquease la situación después de tantos meses. Por su parte, el presidente de la Plataforma Antiincineradora de la Vall del Ges, Pasqual Bernat, se mostró escéptico a la espera de saber exactamente las dimensiones de la planta y a qué tipos de residuos se refiere.

La propuesta de central de biomasa supone reducir la producción hasta los siete u ocho megavatios al año por la prohibición, especialmente, de quemar plásticos, que producen mayor poder calórico. Comella quitó hierro a la evidente pérdida de beneficios que sufrirá la empresa y subrayó el hecho de que la producción de energía eléctrica a base de energías renovables está subvencionada por el estado.