Un estadounidense es decapitado por sus secuestradores en Irak
Dos importantes clérigos suníes mueren asesinados en sendos atentados en Bagdad
El grupo Monoteísmo y Guerra Santa del jordano Abu Musab al Zarqaui, al que Washington vincula con Al Qaeda, decapitó ayer al rehén estadounidense Eugene Amstrong, capturado el jueves en su casa del barrio de Al Mansur en el centro de Bagdad junto a su compatriota Jack Hensley y el británico Kenneth Bigley, que trabajan para una empresa constructora y de servicios del golfo Pérsico.
La imagen de la muerte fue distribuida anoche a través de una web islamista utilizada por esa organización extremista. En las últimas 24 horas fueron también asesinados dos clérigos suníes. El vídeo es espeluznante y horroroso: cinco hombres armados con fusiles Kaláshnikov y con el rostro cubierto se mantienen de pie detrás de Amstrong, quien se halla de rodillas y con las manos atadas a la espalda. De repente, uno de ellos avanza por detrás con un cuchillo en la mano y le coge del gaznate para rebanárselo. El rehén grita hasta la muerte. Sólo son unos segundos. Después, el asesino muestra triunfante la cabeza separada del tronco, como si fuera un trofeo de caza, y la coloca despectivo junto al cuerpo sin vida. Estados Unidos confirmó que se trata de su ciudadano Eugene Amstrong.
Monoteísmo y Guerra Santa amenaza ahora con ejecutar a los otros dos secuestrados en 24 horas si no se cumplen antes sus condiciones: la liberación de todas las mujeres prisioneras en las cárceles iraquíes de Abu Ghraib y Um Qasar.
El primer plazo concluyó a mediodía y a pesar de la ausencia de noticias inmediatas, cundía el pesimismo tras las declaraciones en Londres del primer ministro iraquí, Ayad Alaui, en las que decía que no se podía negociar con terroristas. Este grupo, uno de los más radicales y sanguinarios de la insurgencia, no suele liberar a sus rehenes. Fueron los autores del asesinato en mayo (también mediante la decapitación) del norteamericano Nicholas Berg, cuya muerte fue filmada y enviada en un vídeo casero a la televisión qatarí Al Yazira.
Ayer se cumplió un mes del secuestro de los periodistas franceses Christian Chesnoy y Georges Malbrunot, en manos del Ejército Islámico de Irak, sin que se sepa cuál es su verdadera situación. Tampoco hay noticias de las cooperantes italianas Simona Pari y Simona Torreta.
La inseguridad es continua: un grupúsculo autodenominado Brigadas Mohamed ben Abdulá capturó el domingo a 18 miembros de la Guardia Nacional de Irak y amenazó con matarlos si EE UU no liberaba a Hasen al Arayi, uno de los principales colaboradores de Múqtada en la capital. Ayer, horas después de que el propio Múqtada condenara la retención, los 18 fueron liberados. Pero casi al mismo tiempo, las Brigadas Salafistas de Abu Baqr anunciaron la captura de 10 trabajadores de una empresa turca de construcción, a la que dan 72 horas para anunciar su marcha del país.
No son estos los únicos episodios violentos de la jornada: dos destacados miembros del Consejo de los Ulemas, Hasem Saidi y Mohamed Yadu al Yanabi, fueron asesinados en las últimas 24 horas en zonas de Bagdad de mayoría chií. La institución de los ulemas es un mediador clave en los secuestros de occidentales.
Al imán Saidi, encargado en el consejo de las relaciones con otros movimientos religiosos, le mataron en la noche del domingo. Tras dirigir el rezo en la mezquita de Al Sayad (una de las tres suníes que existen en el barrio), subió a su coche acompañado por dos guardaespaldas armados. Unos enmascarados, que aguardaban en otro vehículo, les cerraron el paso. Los dos acompañantes fueron liberados después, pero el cuerpo del imán apareció tiroteado en la mañana de ayer. Ciudad Sáder es un barrio paupérrimo de la capital, castigado por el régimen de Sadam Husein, con más de dos millones de habitantes y cantera del Ejército del Mahdi de Múqtada, milicia que dio escolta a la procesión fúnebre del suní Saidi. En ese suburbio, el Ejército de EE UU mantiene desde hace 10 días un importante dispositivo militar y de noche se suceden las explosiones y los tiroteos.
El iman Yadu era responsable de la coordinación del consejo. Perdió la vida ayer al mediodía cuando se disponía a entrar en la mezquita de Al Qauzar, al suroeste de la capital. No iba armado ni tenía seguridad privada. "Esperamos que esto no sea el inicio de una campaña destinada a asesinar a los clérigos de la asociación", dijo un portavoz de los ulemas. El responsable del consejo de cultura e información, Muzana Harez al Dari, aseguró a EL PAÍS: "En la insurgencia hay grupos más políticos que comprenden la naturaleza de la mediación, pero existen otros muy radicalizados que consideran este trabajo como un interferencia y que favorece a America".
El consejo se opone a la ocupación militar, reclama un papel para su comunidad en el futuro de Irak (un 20% y gran parte del 20% de los kurdos), pero rechaza el secuestro de civiles.
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