La comisión de investigación

Resulta sorprendente que el PP se empeñe en distraer aún la atención de lo que es esencial. La comisión de investigación se creó para investigar el horrible atentado del 11-M, para intentar dilucidar los errores o negligencias que condujeron a esta tragedia, para tomar las medidas que puedan evitar algo parecido en el futuro, para que las víctimas y todos los ciudadanos sepamos cómo pudimos llegar a este horror.

Que Rajoy, tan dispuesto como estaba a la comparecencia de Aznar, se enfade ahora y vuelva con la supuesta jornada de reflexión interrumpida es cuando menos grotesco, porque en ese tema el Gobierno de entonces es el que antes violó la jornada de reflexión, si no mintiendo, sí induciendo a que los ciudadanos creyeran lo que les convenía electoralmente.

Los ciudadanos vimos cómo a la prudencia inicial (Rajoy, en una intervención en televisión inmediatamente después del atentado no mencionó a ETA) le siguieron comunicados tendenciosos el mismo sábado con su insistencia en la línea prioritaria de ETA.

Sólo la prensa internacional y la CNN ofrecían datos objetivos, que apuntaban a Al Qaeda.

El PP es el menos indicado para hablar de jornadas de reflexión vulneradas, pues, ¿cómo se puede reflexionar sobre el voto cuando un Gobierno se presta a la desinformación, voluntaria o involuntariamente, por ejemplo, con comunicados a las cancillerías, llamadas a diarios, cambio de programación en Televisión Española para emitir una película sobre ETA...?

Lo curioso es que en el caso del PP, su intervención en la jornada de reflexión le salió al revés y por mérito propio.