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Reportaje:

De excursión a Cruces

El comité calma a los trabajadores de La Naval y les lleva en manifestación a visitar a su compañero herido

"Compañeros no os metáis todos en el primer tren. Va a llegar un segundo". Ayer fue un buen día para el comité de empresa de La Naval. Sus consignas fueron bastante respetadas. El comité convocó una asamblea extraordinaria, metió a más de mil trabajadores en el metro y les llevó en una manifestación tranquila de excursión al Hospital de Cruces, a visitar al empleado herido el jueves en un ojo durante los enfrentamientos con la Ertzaintza.

Cuando Miguel Ángel Asporosa y el resto del comité que preside llegaron al astillero, se encontraron a la plantilla preparada para tomar la calle en un segundo día de combate naval. Tuvieron que improvisar, calmar y reconducir. "Es normal que la gente esté alterada", dice Asporosa, de UGT. En asamblea decidieron realizar una marcha pacífica y silenciosa en solidaridad con su compañero, que puede perder la visión de un ojo por el impacto de una pelota de goma.

A las once y media salieron por la puerta de La Naval cantando consignas. En menos de cinco minutos, se encontraban en la puerta del metro negociando un pase gratuito para más de mil persopnas. Alguna voz dispersa se atrevió a gritar: "Pues saltamos". Con un par de golpes de megáfono, Lupiciano Rodríguez, secretario del comité y miembro de CCOO, logró calmar a la columna de buzos azules en marcha al hospital de Barakaldo.

La situación tenía un punto de desesperanza, pero también un tono de excursión colegial. "Vas a ver cómo entramos todos en un tren", decía uno entre risas. Al final, unos pocos esperaron al segundo. Las conversaciones en el vagón no eran laborales. "Sestao es mucho mejor que Santurtzi en todo", decía uno. "!Bahh¡", respondía otro, "por lo menos tenemos alcalde socialista". "En eso tienes razón", le concedía resignado. Los cinco minutos en metro también sirvieron para recibir la solidaridad de más de una viajera: "A mí esta gente me da una pena".

En Cruces, cinco representantes del comité subieron a la habitación donde permanece ingresado el herido, I.C.P., de 56 años. Pese a los silbatos y bocinas que llenaban los bolsillos de los buzos azules de los manifestantes, el comité, controlando constantemente la situación, logró que nadie los usase ante el hospital. "No podemos ponernos a la gente en contra", señaló José Antonio Gómez Ayala, miembro del comité por UGT. El único jolgorio se produjo cuando el herido se acercó a la ventana de su habitación para saludar a los concentrados que, bajo el sol y el sudor, le dedicaron un aplauso espontáneo.

La reivindicación no sonora del día fueron unos panfletos en los que se acusaba al presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de "hombre sin palabra", por su promesa hecha el pasado domingo en un mitin del PSE en Bilbao de que el Ejecutivo central "salvará" los astilleros públicos. Las gentes de La Naval se sienten engañadas, aunque mantiene un hilo de confianza.

El consejero de Empleo, Joseba Azkarraga, calificó ayer de "miserable" la actitud de Zapatero. "Es bastante miserable que por salvar un acto electoral se hagan promesas que nada más coger el coche y pasar Miranda de Ebro se olvidan de ellas", indicó.

El martes, está convocada otra asamblea y hasta entonces el comité aspira que haya calma. La reunión clave está prevista el jueves, cuando los sindicatos de Izar se reúnan con la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) para conocer el plan industrial.

El pleno del Ayuntamiento de Barakaldo aprobó ayer por unanimidad una moción de apoyo a La Naval. Los consistorios de Sestao, Portugalete y Santurtzi ya lo hicieron días atrás.

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