_
_
_
_

Washington batalla en la UE para reducir el empuje de Airbus

Los estadounidenses pretenden revisar también las ayudas a Boeing

Carlos Yárnoz

La Administración estadounidense abrió ayer en Bruselas una batalla frontal de imprevisibles consecuencias para intentar frenar a la europea Airbus en su imparable avance ante la estadounidense Boeing. Peter Algeier, adjunto al secretario de Estado de Comercio, transmitió al director general de Comercio de la Comisión, Peter Carl, la exigencia de Washington de poner fin al acuerdo que ambas partes suscribieron en 1992 sobre las ayudas públicas a ambas compañías.

Más información
EE UU demandará a la UE por sus ayudas a Airbus

Para EE UU, deben desaparecer esas ayudas públicas a las dos empresas aéras. Bruselas se niega a lo que considera "un desarme unilateral". La tensa reunión entre ambas partes duró cuatro horas y media. La delegación estadounidense destacó que "ya existe una paridad en el mercado aeronáutico mundial entre ambas partes" y que, por tanto, hay que poner fin a los sistemas de ayudas públicas. Los representantes europeos no se oponen a renegociar otro acuerdo, pero siempre que se examinen "todos los apoyos públicos" a los constructores aeronáuticos, y no sólo los préstamos oficiales a Airbus.

La diferencia de planteamiento estriba en el propio acuerdo de 1992, cuando la competencia europea, que dio su primer paso en 1969, empezaba a hacer mella en un mercado que había sido un monopolio estadounidense. Por ese acuerdo, la UE se comprometió a que los créditos públicos y reembolsables para Airbus no superaran el 33% de las inversiones de la compañía en el desarrollo de sus productos. EE UU, por su parte, aceptó que las ayudas públicas no superaran el 3% del volumen total de negocios de Boeing.

Bruselas calcula que, desde 1992, Boeing ha recibido apoyos públicos por valor de 18.000 millones de dólares no reembolsables. Por el contrario, Airbus ha recibido desde ese año 15.000 millones en préstamos, de los que ya ha devuelto, con intereses, 6.500. Además, Bruselas asegura que Boeing también recibe importantes ayudas indirectas: 3.200 millones del Estado de Washington y otros 500 del de Kansas por instalarse en esas zonas; 1.600 procedentes de Japón, donde se fabrican las alas del nuevo modelo 7E7; 1.200 por ahorro fiscal gracias a la ley que ha permitido a Boeing exportar a través de paraísos fiscales, o importantes partidas a través de contratos con los militares y con la NASA.

Por todo ello, Bruselas argumenta que deben ponerse sobre la mesa no sólo las ayudas directas, las principales en el campo europeo, sino también las indirectas, muy sensibles en el caso estadounidense.

Pero, por encima de esa batalla técnica, fuentes oficiales de la Comisión relacionan lo ocurrido con la campaña electoral estadounidense (George Bush ya ha hablado en un mitin de acudir a la Organización Mundial de Comercio por este caso) y, sobre todo, con la actual situación clave en la guerra comercial entre Airbus y Boeing.

Entre 2001 y 2003, la empresa europea ha invertido 9.400 millones de dólares en investigación y desarrollo y, gracias a ello, ha puesto en el mercado el modelo A-380, de gran capacidad y recorrido, frente al que la industria americana poco puede competir. Boeing sólo ha invertido en investigación en ese periodo 2.800 millones, pero, con una fuerte inyección de fondos públicos, está lanzando su nuevo producto estrella, el 7E7, frente al que Airbus no podrá responder si se le cortan las ayudas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_