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2.000 personas vuelven a pedir el mantenimiento de La Naval

El conflicto causa la primera disputa en las Juntas de Vizcaya

Los trabajadores de La Naval volvieron ayer a la calle en defensa de la fábrica. Cerca de 2.000 personas se manifestaron en Sestao, la mayoría trabajadores de los astilleros, aunque se sumaron vecinos y representantes de partidos políticos y sindicatos. El comité de empresa insistió en la viabilidad de La Naval como empresa pública y pidió el apoyo, sin disputas políticas, de los ayuntamientos de la Margen Izquierda. Pero la trifulca ya llegó ayer a las Juntas Generales, donde el PSE abandonó la reunión en la que se debatía este tema.

Como la pasada semana, la marcha, precedida de un paro de dos horas en la planta, transcurrió sin incidentes. Bajo una pertinaz lluvia, partió de la planta con cerca de 1.000 trabajadores pero, cuando llegó al centro de Sestao, sumaba cerca del doble de personas. Destacó en ella, la presencia de varios alcaldes socialistas de la Margen Izquierda y cargos públicos del PSE, una delegación de Ezker Batua encabezada por el consejero Javier Madrazo, los diputados forales vizcaínos Tontxu Campos (EA) e Iñaki Hidalgo (PNV), el secretario general de EA Unai Ziarreta, representantes de Aralar y la ilegalizada Batasuna y líderes sindicales como Dámaso Alonso (UGT) y Josu Onaindi (CC OO).

En la plaza del Casco, el presidente del comité de empresa Miguel Ángel Asporosa incidió en los mensajes lanzados desde el inicio del conflicto: rechazo a que deje de ser una empresa pública, con actividad civil y militar, retirada del plan de la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y especialmente en la viabilidad de la planta. Asporosa comentó que en el mercado habrá una demanda de 50 buques de doble casco para reemplazar a los petroleros monocasco, a lo que se unirían otros 25 para el transporte de gas.

El presidente del comité defendió la "riqueza social y económica" que genera La Naval y llamó a la solidaridad de todos los ayuntamientos de la Margen Izquierda, a los que pidió, "como en Sestao", la aprobación de mociones de apoyo a los astilleros por unanimidad de todos los partidos.

Polémica en las Juntas

Pero horas antes, la disputa política volvió a escenificarse en la máxima institución vizcaína, las Juntas Generales. El PSE-EE abandonó la comisión institucional que se había convocado sólo para debatir el conflicto de La Naval. El secretario general vizcaíno José Antonio Pastor y el juntero Josu Montalbán explicaron su ausencia por la negativa de la Mesa de las Juntas a aceptar una enmienda socialista a la moción de PNV, EA y EB. Pastor afirmó que se recurrió a la "marrullería" con el reglamento para "vulnerar el derecho a debatir". La presidenta de la comisión, la peneuvista Nekane Alonso, calificó el abandono de "falta de respeto absoluto" y agregó que el reglamento impedía aceptar la enmienda del PSE.

"Es una maniobra de despiste porque no sabe cómo salir de este bochorno", dijo Iñigo Iturrate (PNV), y Carlos Olazabal (PP) habló de "espectáculo teatral".

La moción, aprobada con los votos de los tres partidos y el PP, es similar a la acordada en el Ayuntamiento de Sestao el pasado viernes que muestra la disconformidad con el plan de segregación de los astilleros y rechaza cualquier privatización o pérdida de puestos de trabajo.

Mientras, las valoraciones sobre los planes del Gobierno central siguen contrapuestas. La consejera de Industria, Ana Aguirre, que ayer informó en el consejo de Gobierno sobre su encuentro con los responsables de la Sepi, transmitió que el ejecutivo mantiene todas sus dudas sobre el compromiso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, informa Isabel C. Martínez.

Aguirre calificó de "política" la decisión de la Sepi de optar por Puerto Real como astillero civil y "sacrificar" La Naval, aunque explicó que los argumentos que se le ofrecieron el lunes son de carácter técnico-empresarial, relacionados con el tamaño del dique y con la total dependencia de la industria auxiliar gaditana de sus astilleros.

En cambio, Dámaso Casado, secretario general de UGT Euskadi, aseguró que en la reunión del domingo con Zapatero hubo "compromisos muy concretos de salvar los astilleros y La Naval". A su juicio "es un garantía" el compromiso de que cualquier solución pasa por un acuerdo con los sindicatos. En la manifestación de ayer, varios trabajadores de La Naval coincidían en que es necesaria una implicación activa de las dos administraciones, la vasca y central.

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