Coordinación europea
Fortalecer la coordinación de las políticas económicas ha sido el objetivo sobre el que ha girado la reunión informal mantenida este fin de semana por los ministros de Finanzas de la Unión Europea (Ecofin). La agenda incluye cuestiones de gran calado: debate sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) propuesta por el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia; nombramiento del presidente del Eurogrupo, Mister Euro, en la persona del primer ministro y ministro de Economía luxemburgués, Jean-Claude Juncker; armonización del impuesto sobre los beneficios de las empresas y análisis de las líneas generales de las perspectivas financieras de la Unión Europea para el periodo 2007-2013.
La misión asignada a Mister Euro es justamente la de coordinar las políticas económicas de los países que comparten moneda, en los términos previstos en el proyecto de Constitución europea. Anticipar su nombramiento a la ratificación formal de la Constitución es una decisión tan razonable como la reforma del hasta ahora bloqueado PEC. Ambas decisiones deben permitir que en la zona euro no sólo los tipos de interés sean la expresión de las políticas generales que se vayan adoptando. El presidente del Eurogrupo será la representación y única voz del área monetaria en las instancias económicas y financieras internacionales.
La flexibilidad prevista en la reforma del PEC deberá tener como contrapartida un seguimiento más estrecho de la Comisión sobre las finanzas públicas de los países miembros de la unión monetaria, así como la necesidad de procurar una armonización creciente en las principales figuras impositivas.
El impuesto sobre los beneficios de las empresas, que registra un enorme abanico, se ha convertido en objeto de encendidos debates a partir de la propuesta francesa de limitar o condicionar determinadas ayudas europeas a los países que mantienen una fiscalidad inferior a la media. El Reino Unido se opone a introducir cualquier cambio en la actual situación de competencia fiscal, que Francia considera desleal y determinante en los procesos de deslocalización de empresas. Es poco razonable que los países receptores de ayudas mantengan tipos impositivos mucho más bajos que los contribuyentes netos de la UE, pero cortar subvenciones a los nuevos socios que tienen niveles de renta muy por debajo de la media no parece el método más eficaz para promover la cohesión.
Son tensiones que se harán más explícitas a medida que se avance en la definición de ese horizonte de perspectivas financieras, el primero con una Europa ampliada. Tensiones que, por el bien de todos, no deberían obstaculizar la dinámica de esa más estrecha coordinación que ahora parece comenzar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.