Javier Aguirresarobe logra el Nacional de Cine por su maestría fotográfica

Javier Aguirresarobe debutó en 1978 con una película generacional: ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste? Desde entonces, en su filmografía coinciden algunas de las producciones más representativas del cine español reciente. De El proceso de Burgos o El sol del membrillo a La niña de tus ojos, Mar adentro o Hable con ella. Ayer, con la concesión del Premio Nacional de Cinematografía se reconocía la "maestría artística" de un operador sensible e intuitivo, que trabaja de forma casi artesanal y que no oculta su obsesión por dominar su arma de trabajo: la luz.

"Si me preguntan qué es lo que más valoro del trabajo de Javier tengo que decir que es su entusiasmo", señala Alejandro Amenábar, que ha trabajado con Aguirresarobe en sus dos últimas películas, Mar adentro y Los otros. "Tú llegas por la mañana con el café y el bollo y te encuentras con un tipo que siempre sonríe. Eso, junto a su buen gusto, su sensibilidad y su capacidad para hacer poesía en imágenes, le hace único. Aunque yo lo que más valoro es la sonrisa".

Javier Aguirresarobe (Eibar, Guipúzcoa, 1948) tiene un récord: cinco premios Goya. Logró en 1992 el primero a la mejor fotografía por Beltenebros, de Pilar Miró; en 1995 por Antártida, de Manuel Huerga; en 1997, por El perro del hortelano, también de Pilar Miró. En 2002 se llevó nuevamente la estatuilla por Los otros, de Alejandro Amenábar, y el último, en 2004, por Soldados de Salamina, de David Trueba.

Dicen que es caótico y desordenado, que convierte el plató en algo parecido al estudio de un pintor. Probando diferentes formas para lograr el cuadro que busca. "Él pide tiempo, paciencia y libertad", asegura Amenábar.

Aguirresarobe recibió la noticia del Premio Nacional de Cine mientras buscaba en Aranda de Duero localizaciones para la nueva película de Montxo Armendáriz ("estamos haciendo algunas pruebas", explica). Armendáriz y él han trabajado en 27 horas y Secretos del corazón. "La complicidad con el director siempre es necesaria. Las películas se hacen antes de que arranque el motor", asegura el operador. "Yo lo que busco son los matices, el cine que me interesa es el intimista. He aprendido mucho del americano, pero me interesa la verdad del europeo".

Aguirresarobe añade rotundo: "Hay que sentir la película. Hay que buscar colores y también olores. Rodamos Mar adentro en un estudio pero la humedad, el aire de Galicia, tenía que verse en la pantalla". El director de fotografía se ríe cuando le preguntan por sus manías (dicen que llena el plató de luces que luego quita) a la hora de trabajar con la luz: "Bueno, muchas veces le digo a los eléctricos que lo más sencillo es poner luz, que lo que de verdad es difícil es quitarla. Ordenar la luz, ése es nuestro trabajo, buscar lo sutil, lo que no se ve. Yo soy un poco paranoico con todo esto. Siempre busco fuentes originales para mi trabajo. Miro todo como un loco: la naturaleza, mi propia casa, las tardes, las mañanas... éste es un trabajo muy intuitivo".

Aguirresarobe recibirá el Premio Nacional de Cinematografía el próximo día 18 en el Festival de Cine de San Sebastián.

El premio (lo entrega el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, dependiente del Ministerio de Cultura, y está dotado con 30.050 euros) ha sido concedido por un jurado formado por Manuel Pérez Estremera, director general del ICAA; Pilar Torre, subdirectora General de Promoción y Relaciones Internacionales del ICAA; Imanol Uribe, como miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España; Miguel Hermoso, por Autores Literarios de Medios Audiovisuales; Juan Ruiz de Gauna, por la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles; Bonaventura Pons, por la Sociedad General de Autores y Editores; Carmen Frías, Esther García y María Juana Fernández-Corugedo y Stella Alonso, jefa del Servicio de Promoción que actuó como secretaria.

"Ya sé que es un tópico", concluye Aguirresarobe, "pero lo que más me gusta de este premio es que reconoce el trabajo de los técnicos, de los que nunca salimos en los papeles. De los que siempre estamos detrás de la historia".