La comisión sigue

Ni veto a nuevas comparecencias -incluida, si hay acuerdo, la del ex presidente Aznar-, ni carpetazo. La comisión de investigación del 11-M, por ahora, sigue. En teoría, para reflexionar más; en la práctica, se verá. Así lo decidieron ayer sus integrantes, que se han dado una semana para fijar una lista con más testimonios. Cuánto puede prolongarse, quiénes serán citados a comparecer y cómo se logrará el consenso sobre las conclusiones son hoy por hoy interrogantes. Los representantes de todos los grupos políticos salieron ayer satisfechos de la primera sesión tras la pausa de las vacaciones, pese a que tanto el PSOE como el PP habían sugerido la conveniencia de cerrarla después de las aceleradas sesiones de julio, centradas más en la secuencia de los hechos entre el 11 y el 14 de marzo que en torno a los orígenes y la prevención antiterrorista.

La prórroga puede ser una concesión de socialistas y populares a los grupos minoritarios, que consideraron un escándalo finalizar las labores con muchos puntos no resueltos y sin la posibilidad de convocar al ex presidente Aznar. Éste ha afirmado su voluntad de presentarse si es llamado. Ni el PSOE ni el PP parecían muy interesados, por distintos motivos, en que el anterior jefe de Gobierno fuera interrogado y argumentaban que nada nuevo aportaría, aunque es profundamente incoherente que el máximo responsable político no hable ante la comisión, sobre todo cuando hay una buena ristra de preguntas que sólo él puede responder.

El PSOE y sus dos principales aliados -IU y Esquerra- acusan al anterior Gobierno de imprevisión en el atentado y de manipular los sucesos del 11-M. "No va a haber consenso, porque quien mintió dice que no miente y quien tuvo la imprevisión dice que fue el campeón de la lucha antiterrorista", afirmó el portavoz socialista en la comisión, Álvaro Cuesta. Esas palabras anticipan la dificultad de que se logren unas conclusiones eficaces para prevenir sucesos tan graves como la matanza de Atocha y que mejoren la coordinación entre los servicios de seguridad del Estado. Si no se logra, será lícito preguntarse para qué se creó esta comisión. Las conclusiones de la comisión estadounidense sobre el 11-S proporcionan un ejemplo de lo que los ciudadanos españoles agradecerían: unas conclusiones claras que permitan mejorar la prevención y la lucha antiterrorista y evitar, por supuesto, su uso partidista.