La Unia aborda en Baeza la alarma social en las crisis de seguridad alimentaria
"El mejor medicamento es no engañar y saber expresar los límites de lo que se conoce y se ignora. Aunque el consumidor aspira al riesgo cero, si está bien informado, puede asumir un margen de incertidumbre". El director del centro nacional de Referencia de Encefalofalías Espongiformes Transmisibles, (conocida como la enfermedad de las vacas locas), Juan José Badiola, resumía con estas palabras la postura que tanto científicos, políticos y sectores de producción de alimentos deben mantener ante una crisis de seguridad alimentaria.
Badiola pronunció ayer, durante un curso de la Unia en Baeza (Jaén), la conferencia Medios de comunicación y respuesta social, teniendo como referencia lo que supuso para España y Europa la crisis de las vacas locas a finales del año 2000. "En materia de concienciación social hay un antes y un después tras esta fecha. A partir de la crisis de las vacas locas, tanto los medios de comunicación como los consumidores comenzaron a demandar una información que, por su complejidad científica o por temores políticos y económicos, no siempre fueron exactas", recordó el investigador.
Por su parte, el que fuera el último director general de Ganadería del Ministerio de Agricultura, Carlos Escribano, se refirió a los sistemas de control y etiquetado como "las herramientas más importantes para atajar y minimizar las consecuencias de una crisis por contaminación en los alimentos". Este tipo de etiquetas, que ya son obligatorias en productos cárnicos y lácteos, recogen en un código de barras toda la información referente al producto final que compra el consumidor: las características de la explotación agropecuaria de donde procede y la alimentación y el tratamiento veterinario al que los animales se han visto sometidos, entre otros parámetros. Según indica Escribano, este tipo de control será obligatorio para todos los productos de la Unión Europea dentro de "unos años". Por último, Escribano indicó que si se hubiera conocido a tiempo la procedencia de los primeros casos de vacas locas, la crisis se hubiera podido localizar y se hubieran evitado los sacrificios de vacas en toda Europa.
Carlos Escribano, que en la actualidad es miembro del consejo de administración de la Agencia de la Seguridad Alimentaria de la UE, hizo hincapié en la necesidad de controlar la producción primaria de alimentos de origen animal "desde la granja hasta la mesa". "Ésta es la filosofía que debe imperar no sólo en las administraciones, sino también en los ganaderos y todos los intermediarios que participan en la cadena de producción", agregó Escribano.
El curso sobre Seguridad Alimentaria que la Unia imparte durante toda la semana continúa hoy con las conferencias Emergencia de nuevas enfermedades animales y Alimentos de diseño, funcionales y nutracéuticos.
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