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La fiscalía pide 18 años para el taxista barcelonés que confesó haber estrangulado a su novia

Un jurado popular integrado por cinco hombres y cuatro mujeres escuchará a partir de hoy a los testigos de la defensa y la acusación en el juicio contra Fernando Adalid, un taxista barcelonés que en febrero de 2003 confesó a la policía haber estrangulado unas semanas antes a su novia, Gloria Sanz. La fiscalía solicita 18 años de prisión para Adalid, además de una indemnización para la familia de 300.000 euros y la prohibición de presentarse en la ciudad de Tarragona durante cinco años. La acusación particular eleva la petición de cárcel a 20 años.

Adalid, según las conclusiones provisionales del fiscal, no aceptó la ruptura de su relación. El ministerio público sostiene que el acusado acudió al domicilio de la víctima una semana después de que ésta diera por zanjado el noviazgo. Tras encontrarla en el aparcamiento y reprochar su decisión, ambos subieron al apartamento. Allí comenzó una discusión que terminó con el fallecimiento de la doctora Gloria Sanz. "Echándose encima, con ánimo de darle muerte, la cogió por el cuello y, apretando con las manos, obstruyó sus vías respiratorias hasta causarle la muerte por estrangulamiento", relata el informe.

Minutos después, Adalid cargó el cuerpo en el maletero de su taxi y condujo por la N-340 hacia Barcelona, hasta coger un desvío por un camino rural a la altura de Vallirana, donde arrojó el cadáver.

Pese a que en una primera instancia Adalid mostró su deseo de colaborar con la familia y la policía, no se presentó a declarar el día que tenía que hacerlo, sino que huyó en avión a Amsterdam, donde fue capturado por la policía local en virtud de una orden internacional. Durante el vuelo de vuelta a El Prat, Adalid confesó el crimen y, tras aterrizar, condujo a los agentes hasta el lugar exacto donde arrojó el cuerpo de Gloria Sanz.

Está previsto que la gran cantidad de testigos previstos alargue el juicio hasta el 16 de septiembre.

Condenado por amenazas

La Audiencia de Barcelona condenó ayer a tres años de prisión y 3.000 euros a un hombre por golpear y amenazar con tirar por la ventana a su esposa. El condenado, Valentín Pradas, había asegurado que la agresión fue en defensa propia, pero el tribunal afirma que esto no quedó probado. En cambio, varios testigos certificaron las agresiones y las amenazas, algunas de las cuales se produjeron en presencia de la policía.

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