El roce hace el cariño

El polémico desalojo del asentamiento chabolista de Los Bermejales ha dejado el Ayuntamiento de Sevilla dividido en dos equipos: el de gobierno, formado por PSOE e IU, y el de la oposición, con PP y PA. El primero ya existía y desde que se creó, tras las elecciones de mayo de 2003, ha dado muestras de tener mejor engranaje que el que le precedió, compuesto por socialistas y andalucistas, y que más que un gobierno fueron dos. Pero la existencia de un equipo en la oposición es una rareza en la historia reciente del Ayuntamiento sevillano.

Los portavoces de PP y PA, Jaime Raynaud y Paola Vivancos, decidieron unir sus voces por primera vez frente a PSOE e IU el día 30 de julio, 48 horas después del polémico desalojo de Los Bermejales. Populares y andalucistas aparecieron juntos ante la prensa y exigieron al alcalde la convocatoria de un pleno extraordinario para poner en marcha una comisión de investigación.

La coincidencia está haciendo que suene a más volumen la voz de populares y andalucistas

La existencia de un equipo de oposición es una rareza histórica en el Consistorio sevillano

Según fuentes andalucistas, la comparecencia conjunta no fue sólo una puesta en escena, sino que partió de una imposición del reglamento municipal: el PA quería pedir la convocatoria del pleno, pero no contaba con concejales suficientes para hacerlo. Los andalucistas pensaron entonces en ampararse en la otra salida que establece la normativa: si dos grupos de la oposición solicitan esta sesión extraordinaria, el alcalde está obligado a convocarla.

La misma fuente andalucista insiste en que la unión de fuerzas de la oposición ha surgido de forma "absolutamente espontánea" y porque era "lo más fácil" para conseguir el fin que se perseguía.

Tras lograr su objetivo, la oposición volvió separar sus actuaciones, aunque ha coincidido de forma mimética en críticas y argumentos contra el equipo de gobierno. La buena sintonía se ha manifestado con más fuerza esta semana, en la que las impresiones trasladadas a la opinión pública por los portavoces de PA y PP tras cada sesión de la comisión que investiga el desalojo de Los Bermejales parecía casi acordada, un extremo que niegan los dos grupos.

Las coincidencias, no obstante, han sido también criticadas por los dos partidos del gobierno. El portavoz socialista, Alfonso Rodríguez, sostiene: "Han cambiado de estrategia a la desesperada al ver ni se ha roto el pacto con IU ni ningún compareciente ha dicho nada que nosotros no hubiéramos dicho antes". Por su parte, el de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, advierte que "las dos derechas de la ciudad, la nacional y la nacionalista" comparten "una actitud falaz".

Lo cierto es que el cúmulo de coincidencias está haciendo que la voz de populares y andalucistas suene a más volumen del que lo había hecho hasta ahora. Con un equipo de gobierno bien avenido y con mayoría absoluta en los plenos, la oposición estaba condenada a representar un papel gris y a esperar vientos más favorables. Los portavoces de ambos grupos tampoco parecían los más adecuados para atraer el foco. Raynaud y Vivancos, a pesar de tener ya casi cuatro años de bagaje como jefes de sus respectivos grupos, siguen siendo unos desconocidos para la opinión pública. El primero, un arquitecto técnico de 56 años, fue el cabeza de lista de los populares en los comicios municipales y su partido le diseñó una intensa campaña de acercamiento a los votantes. Su talante moderado fue alabado hasta desde las filas socialistas, pero la moderación no da votos si no se acompaña de una especial capacidad para fascinar, el consabido carisma político.

A Jaime Raynaud le está costando conectar con los ciudadanos y que le reconozcan como el líder del PP sevillano y, quizás por eso, tras la derrota electoral, optó por ejercer una oposición más agresiva y destinada a desgastar la imagen del gobierno y, en especial, del alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín. Una táctica muy parecida a la de la líder del otro grupo de la oposición, Paola Vivancos, una licenciada en Derecho, de 42 años, a la que las circunstancias han dejado como máxima dirigente del grupo andalucista durante dos mandatos aunque ninguno de ellos fue candidata a la alcaldía.

Vivancos, eclipsada en la primera fila de su partido por nombres tan populistas como Alejandro Rojas Marcos o José Núñez, ha gestado, sin embargo, una oposición mordaz y abundante en calificativos hacia los que hace un año eran sus compañeros de gobierno.

La última decisión coincidente de populares y andalucistas se produjo el viernes, cuando ambos anunciaron que abandonaban la comisión porque el gobierno no había cumplido su promesa de entregar las actas que habían solicitado de las sesiones previas. La oposición insiste en que no es una determinación común. En esta ocasión, la sugerencia partió del PP. "Aunque nosotros ya lo habíamos pensado", añaden desde el PA, donde aseguran que "no hay una estrategia de conjunta". "Teníamos una estrategia de verano en la que denunciamos una serie de cosas que no tenían nada que ver con la estrategia del PP. Pero surgió lo de Los Bermejales y nos han hecho ponernos de acuerdo".