El nuevo presidente de Chechenia descarta negociar con la guerrilla

No hubo milagros en las elecciones a presidente del régimen prorruso de Chechenia. El general Alú Aljánov obtuvo, como estaba previsto, una abrumadora victoria en los comicios: el 73,48% de los electores que el domingo acudieron a las urnas en la pequeña república norcaucásica votaron a su favor. Su rival más cercano no llegó ni al 6%. La participación fue muy alta: del 85,24%. El nuevo presidente aseguró que no entablará negociaciones con Aslán Masjádov, el líder separatista que desde las montañas encabeza la lucha contra los rusos.

Aljánov, hasta ahora ministro de Interior de la autonomía, dijo que no pedirá para Chechenia más competencias que las que tienen las otras repúblicas de la Federación Rusa. La estrategia de la lucha contra la guerrilla separatista no sufrirá cambios importantes, afirmó Aljánov, que contó con el abierto apoyo del Kremlin en los comicios del domingo. "Está clara, está justificada, da resultados y por ello no la cambiaremos", declaró el nuevo líder checheno prorruso. En lo que se refiere a Masjádov, opinó que "tiene sólo una posibilidad: pedir perdón a su pueblo, al que empujó a la guerra, y comparecer ante los tribunales". Aljánov acusó a Masjádov de organizar atentados terroristas para "continuar la liquidación del pueblo" y prometió ser fiel a la política de su predecesor, Ajmad Kadírov, con respecto a los separatistas: esforzarse por que el mayor número de guerrilleros "deponga las armas y regrese a la vida pacífica". El nuevo presidente de Chechenia aseguró también que no realizará cambios importantes en el Gobierno local.

Aljánov dijo que considera que su deber ante el pueblo checheno, que le ha demostrado su confianza, es "crear condiciones de vida dignas, garantizar la ocupación de la gente y darle a cada uno la posibilidad de ganarse la vida con un trabajo pacífico". Para lograr estas metas y poder reconstruir la república, destruida en dos guerras, Aljánov espera contar con los petrodólares. Hace una semana, el presidente ruso, Vladímir Putin, accedió a la petición de Aljánov de invertir el dinero procedente de la venta del crudo checheno en la economía local. También desearía que Chechenia fuera declarada zona de libre comercio, lo que permitiría atraer más inversiones.

Después de que Ajmad Kadírov pereciera en un atentado con bomba en mayo pasado, el Kremlin debía decidir si continuaba con su plan de normalización de la vida política de Chechenia o cambiaba de estrategia e imponía el gobierno directo desde Moscú. Las autoridades rusas optaron por no modificar sus planes, que consisten en traspasar la mayor parte de responsabilidades a los mismos chechenos. Con este fin, en primavera del año pasado se realizó un referéndum en el que se aprobó una nueva Constitución, una especie de estatuto autonómico. Más tarde, en otoño, se convocó a elecciones presidenciales, que debieron repetirse el domingo a raíz del asesinato de Kadírov. Para completar el proceso, quedan por celebrar elecciones parlamentarias.

Los separatistas consideran que las elecciones del domingo han sido una farsa, y están decididos a continuar su lucha contra el régimen checheno "colaborador" y contra los "ocupantes rusos".