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El Ejército israelí se retira de Gaza tras un mes de ocupación

El enviado de EE UU se reúne con el primer ministro palestino

El Ejército israelí reorganizó ayer sus tropas en el norte de la franja de Gaza, donde irrumpió hace más de un mes para impedir el lanzamiento de cohetes. La incursión militar llevó a la localidad de Beit Hanún, al norte de la región, a una situación de emergencia humanitaria, donde escasearon los víveres y las medicinas. El miércoles, las tropas israelíes avanzaron hasta el campo de refugiados de Yabalia, bastión de la resistencia palestina.

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En Yabalia, el campo de refugiados más poblado -con más de 100.000 habitantes- de Gaza, el Ejército israelí dio un paso más de la operación para buscar lanzadores de cohetes y los elementos para su fabricación. Lo que parecía iba a prolongar la presencia del Ejército ayer se convirtió en un redespliegue de las tropas en el norte de la franja de Gaza. El Ejército israelí hizo retroceder a los efectivos que se encontraban en el perímetro urbano de Yabalia y retiró las tropas casi a la frontera que se encontraban en el área urbana de Beit Hanún.

El paisaje de desolación que dejó el Ejército, especialmente en Beit Hanún, donde la presencia ha sido de cinco semanas, se mide por los árboles arrancados, los cultivos arrasados, los edificios destruidos, las infraestructuras eléctricas y de agua potable destrozadas. Poco después de la retirada de esta maltrecha población, con 40.000 habitantes, seis hombres armados y enmascarados, ataviados con cintas de Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, irrumpían en el Ayuntamiento de Beit Hanún donde se celebraba una conferencia de prensa, y conminaban a tres ministros del Gabinete palestino a interrumpir sus discursos y abandonar la ciudad.

Los militantes enojados preguntaban a los políticos: "¿Dónde habéis estado los últimos 37 días mientras estábamos bajo la invasión israelí?". Y les exhortaron a abandonar la población: "No os queremos aquí, marchaos o será peor".

Los tres ministros, de Asuntos Sociales, Intizar Albuazir; de Agricultura, Ibrahim Abu Naya, y el ex ministro de Vivienda Abdel Rahman Hamad, estaban informando a la prensa de la creación de una comisión creada por el primer ministro, Ahmed Qurei, para dar cuenta de la destrucción de la localidad y compensar a los residentes. No es la primera vez que dos ministros son forzados a abandonar la población, después de que la semana pasada otros dos fueran expulsados cuando intentaban llegar y observar sobre el terreno la situación de Beit Hanún.

Mientras tanto, el Ejecutivo israelí sigue obviando el derecho internacional, que considera ilegal los asentamientos construidos en territorios palestinos posteriores a 1967, y prosigue con la política de hechos consumados, que tan buenos resultados le ha dado hasta ahora. Si hace cuatro días se desvelaba el proyecto de construir 600 nuevas viviendas en el asentamiento de Maale Adumim -contradiciendo todos los pactos verbales de Israel con EE UU-, el diario Maariv, de talante conservador, descubría ayer ante la opinión pública israelí, cómo el Gobierno del primer ministro, Ariel Sharon, ideó, planificó e incluso financió con absoluto secretismo la creación de una nueva colonia en el corredor entre Jerusalén Este y Maale Adumim, que une Jerusalén con Jericó y el Valle del Jordán.

El enviado de EE UU a la zona, Eliot Abrams, hizo llegar a Sharon el enfado estadounidense por semejante decisión, y pidió explicaciones por la construcción de las 600 nuevas casas en Maale Adumim. Para el ministro palestino de las Negociaciones, Saeb Erekat, quien mostró su optimismo por la reunión de Abrams con Ahmed Qurei -que calificó de "positiva"-, este avance en la construcción contradice la Hoja de Ruta. El primer ministro israelí negó ayer ante Abrams que existieran planes para ampliar el asentamiento de Maale Adumin, según fuentes israelíes.

Hace dos meses, las autoridades israelíes declararon tierra estatal los terrenos donde pretenden edificar este nuevo asentamiento, para lo que previamente confiscaron unas tierras cuya extensión es de 1.520 hectáreas. Albergarán al menos unas mil nuevas casas, para las que ya hay infraestructuras como las aceras y la red de alcantarillado y algunas carreteras. Todo ello con una financiación de unos cuatro millones de euros que logró el que fuera ministro de Vivienda e Infraestructuras, Effi Eitam, hasta principios de junio.

Un niño juega entre viviendas destruidas por el Ejército israelí en Beit Hanún, localidad de la franja de Gaza.
Un niño juega entre viviendas destruidas por el Ejército israelí en Beit Hanún, localidad de la franja de Gaza.REUTERS

Ocho horas de apertura

El paso fronterizo de Rafah, entre Egipto y la franja de Gaza, abre hoy a las 8.30, hora local, tras casi tres semanas cerrado a cal y canto, sin avisar, lo que provocó el hacinamiento de 3.400 palestinos en pésimas condiciones sanitarias.

Las autoridades israelíes, según filtraron ayer funcionarios egipcios y palestinos, abrirán durante ocho horas este puesto fronterizo, que permaneció cerrado desde el pasado 18 de julio por "razones de seguridad, debido a amenazas de un atentado de las milicias palestinas".

El paso, bajo control de las autoridades israelíes por los acuerdos firmados en 1993, se abrirá a los viajeros, que tuvieron que soportar temperaturas extremas, afrontar gastos inesperados en hoteles -al menos 2.000 personas- y situaciones poco comunes, como la de una mujer que dio a luz, o la de un palestino, que se vio obligado a enterrar a su mujer en Egipto al no poder cruzar con sus restos.

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