Israel permite el paso en el fronterizo de Rafah después de tres semanas de cierre
Unos 3.000 palestinos se encontraban retenidos en la frontera con Egipto
El Gobierno de Israel ha reabierto hoy después de 19 días de cierre el puesto fronterizo de Rafah, el único paso entre Egipto y la franja de Gaza. Durante estas tres semanas, más de 3.000 personas han permanecido retenidas en esta zona desértica, donde han sufrido una auténtica pesadilla. El levantamiento del cierre se produce después de fuertes presiones internacionales sobre el Gobierno de Ariel Sharon, en especial procedentes de Estados Unidos y Egipto, que han intercedido en favor de los viajeros. Aunque se había informado de que el paso sólo permanecería tres días abierto, fuentes militares han asegurado que permitirán el tránsito "mientras las condiciones de seguridad lo permitan".
Israel cerró la terminal e impidió el acceso de viajeros palestinos el pasado 18 de julio, bajo el argumento de que tenía información acerca de militantes palestinos que habían cavado un túnel bajo un puesto militar israelí en la terminal y planeaban hacerlo volar. El repentino cierre de la terminal israelí dejó a miles de palestinos estancados en la parte de la terminal controlada por Egipto, mientras que la otra parte, en la franja de Gaza y controlada por Israel, es la que permaneció cerrada durante 19 días.
Entre los padecimientos sufridos por los viajeros, los casos más graves son los de tres mujeres palestinas embarazadas, que abortaron debido a las críticas condiciones sanitarias en las que han vivido, de las que se hicieron eco varias organizaciones humanitarias. Palestinos afectados por la medida en la parte egipcia han relatado que tuvieron que dormir en el suelo de la terminal. Mientras, otros centenares de personas más afortunadas pernoctaron en hostales próximos o alquilaron viviendas en ciudades del desierto del Sinaí.
Un emotivo recibimiento
A primera hora de la tarde, ha cruzado la frontera el primer autobús con 60 viajeros a bordo. Centenares de personas, en su mayoría familiares de los viajeros, han burlado el alambre de espino colocado por policía palestina en las proximidades del puesto fronterizo y, entre gritos de júbilo y sollozos de alegría, se han acercado al autobús e incluso algunos se han encaramado a él para saludar a los recién llegados. Hombres, mujeres y niños han salido poco después del vehículo en un estado físico lamentable, que delataba el cansancio que acumulaban tras días de sufrimiento.
Los familiares, que conocieron la noticia de la reapertura ayer, les esperaban con agua y comida. Fatheya Hussein, de 40 años, ha contado a los periodistas, mientras las lágrimas caían por sus mejillas y llevaba a su niña de un año en el regazo: "Ha sido una pesadilla horrible, nunca en mi vida he pasado por semejante humillación". "Pensé que mi bebé y yo nunca regresaríamos a Gaza, pensé que todos nosotros estábamos encerrados en una gran cárcel y ahora realmente siento que soy libre otra vez", ha añadido.
"¿Cómo puede ser que cientos de personas viviendo en el desierto y quieran regresar a sus hogares no tengan a nadie que los ayude?", se preguntaba Hussein. Por su parte, Nihad Abu Jazzar, una estudiante de 22 años, ha señalado al salir del autobús: "Qué preciosa es la libertad". "La situación dentro de la terminal del lado egipcio era trágica; dormimos en el suelo y no teníamos a dónde ir. No he podido darme una ducha en 19 días", ha asegurado Jazzar. Safeya Al Masri, una mujer de 54 años, ha explicado que la Media Luna Egipcia les proveyó de botellas de agua y comida, pero que no tenían "ánimo ni para comer".
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