Científicos canarios declaran la guerra al uso de sónares
Entre los días 21 y 28 de julio han aparecido en costas de las islas canarias de Lanzarote y Fuerteventura y en Azores seis ejemplares de zifios (la familia Ziphiidae consta de 5 géneros y 22 especies), un fenómeno muy infrecuente, excepto si se hace coincidir en el tiempo con maniobras militares y ejercicios navales. Así lo entienden la Sociedad Canaria para los Estudios de Cetáceos (SCEC), la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el Gobierno de Canarias y distintos grupos ecologistas, como Adena/WWF. "Esto ha sido terrible; no quiero ni pensar cómo pueden estar las costas de Marruecos y el Sáhara de cadáveres de zifios; podemos estar ante la catástrofe más importante de toda la Historia", declara Vidal Martín, vicepresidente de la SCEC. A pesar de que los animales llegados a las islas llevaban muertos al menos 5 días en alta mar y que sus tejidos no están en las mejores condiciones para su análisis, en algunos de los ejemplares se han observado las mismas lesiones detectadas en los 11 de los 16 zifios muertos el 24 de septiembre de 2002, en plenos ejercicios militares de la OTAN.
"Los zifios sufrieron un síndrome de embolismo graso, con síntomas y lesiones similares a las que padecen los buceadores que sufren el síndrome de descompresión", concluyeron entonces los siete patólogos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dirigidos por Antonio Fernández, en un estudio publicado por la revista científica Nature.
Por primera vez se determinó que los animales nadaban entre 800 y 1.400 metros de profundidad soportando presiones de hasta 150 kilos por centímetro cuadrado, cuando un fuerte sonido de media frecuencia desconocido los asustó, emergieron a toda prisa para huir, sus vasos sanguíneos se llenaron de burbujas de nitrógeno que provocaron embolias en los órganos vitales de los cetáceos, induciendo el varamiento y a la muerte. Hace una semana, la Comisión Ballenera Internacional ha dado por buena la investigación de la Universidad de Las Palmas.
Los zifios aparecidos esta semana en Canarias y Azores presentaban hemorragias en ojos y espiráculos similares a la de sus parientes muertos en 2002. También tenían el estómago lleno y carecían de enfermedades, "dos claros síntomas de que su muerte se ha producido de forma súbita". Lejos de las pretensiones de Gobierno de Canarias y grupos ecologistas a favor de declarar un santuario en estas aguas, los científicos se decantan por la prohibición expresa de maniobras militares y el uso de sónares.
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