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Reportaje:

Una noche en las estrellas

Dos astrónomos comparten sus conocimientos sobre el universo en Santa María de la Alameda

Mirar al cielo, de noche, es igual a silencio. Pero no es un silencio pasivo, inquieta. Contemplar millones de puntitos brillantes que se ahogan en un mar de lo más negro desde siempre ha estimulado al hombre a cuestionarse infinidad de cosas, preguntas que, en la mayoría de los casos, todavía no han obtenido respuesta.

Por tercer año consecutivo, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha puesto los medios necesarios para que, desde la tierra, comprendamos algo de lo que sucede en el cielo. Y para ello, qué mejor lugar que Santa María de la Alameda, en la sierra de Guadarrama, que como aseguró el pasado miércoles su alcaldesa, Begoña García Martín, "es el pueblo de la Comunidad que está más cerca de las estrellas". Hasta allí se trasladaron dos astrónomos del Planetario de Madrid, Antonio del Solar y Pedro Velasco, expertos en desentrañar los misterios que suscita el más allá y que la noche del miércoles se enfrentaron a algo mucho más complicado: divulgar los mensajes interpretados con un lenguaje apto para todos los públicos.

Pero antes, como actividad previa, miembros del centro de recuperación de fauna salvaje de Buitrago devolvieron a la naturaleza algo que la mano del hombre les había robado: cuatro aves rapaces nocturnas, dos cárabos y dos mochuelos que, al haberse recuperado de las heridas sufridas en diversos atropellos en carreteras de la zona, volvieron a sentirse libres en su hábitat.

Después de una sesión fotográfica, realizada en la plaza de la Constitución y que sirvió para introducir a los presentes en el "complejo, desconocido e infinito mundo de las estrellas", los astrónomos, guiados por la alcaldesa, fueron llevados hasta una pradera desierta.

Sin contaminación lumínica ni atmosférica y con la ayuda de dos telescopios, Del Solar y Velasco se convirtieron, por una noche, en la voz de las estrellas. Casi un centenar de personas, la mayoría habitantes de Santa María de la Alameda, escucharon maravilladas las explicaciones de ambos astrónomos. "Hace 4.000 millones de años que la luna mantiene esa fisonomía", dijo Del Solar mientras un vecino del pueblo fijaba su vista por el visor del telescopio. "Está llena de cráteres", continuó, "y algunos tienen hasta 6.000 metros de altitud". Sus palabras provocaron que la Luna, a pesar de encontrarse a 384.000 kilómetros de distancia, se convirtiera en el centro de atención.

Gracias a la ciencia, las estrellas, a años luz de la tierra, cada día se encuentran un poquito más cerca. "Y todas tienen nombre, como nosotros", concluye.

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