Vanessa Incontrada, una modelo que arrasa en Italia

Es española y, a la vez, extranjera en el país que la vio nacer. "Cuando estoy en España, me siento italiana, y en Italia me siento española", dice entre risas Vanessa Incontrada (Barcelona, 1978), que, con 17 años, se marchó a Italia a trabajar como modelo, "con la idea de volver pronto a casa", y lleva siete años allí. De padre italiano y madre española, a Vanessa no le costó demasiado abrirse camino en el mundo del espectáculo en su país de adopción. Hizo radio, publicidad y pronto se convirtió en una de las estrellas de la televisión al oficiar como presentadora. Hasta que le llegó la oportunidad del cine. "Pupi Avati, que me había visto en diversos anuncios y en los programas de televisión que presentaba, me llamó. Volé de Milán a Roma y me reuní con él en su oficina. Tres horas después me dijo: 'Nos vemos en la película". De esa manera tan sencilla consiguió Incontrada el papel protagonista de El corazón ausente, del propio Avati, su debut en la pantalla grande, que llega hoy a los cines españoles.

Para la actriz y modelo hispano-italiana "el cine no entraba" en sus planes, pero aceptó el "desafío de representar el papel de una persona que no se parece en nada a mí, pero de la que, en el fondo, me gustaría tener algunas cualidades, como la frialdad o la tranquilidad". Incontrada encarna a Angela Gardini, una joven ciega de espíritu liberal que se cruza en el camino de un rico heredero en la Bolonia de los años veinte, y, para ello, reconoce: "No he usado ninguna técnica y sólo me he dejado guiar por Pupi". Aunque hubo de acudir, durante dos semanas, a "una escuela especial para invidentes con el fin de observar los movimientos de la gente que ha perdido la vista". Como ella misma afirma, su gran escuela ha sido "el rodaje".

¿Y después del rodaje? "Como lo hice pensando en que no podía perder nada, estaba preparada para las críticas", afirma en un español que ha ido olvidando después de tantos años lejos de su país. No hubo de padecer las iras de la crítica, pues la industria del cine italiano la aceptó "rápidamente" y la película, tras su paso por el festival de Cannes de 2003, se convirtió en un gran éxito. "Mi vida después de Cannes ha sufrido un cambio radical, pero hay que estar preparada para cualquier cambio", dice, para recalcar: "Nunca me planteo qué haré dentro de tres años". De momento, su camino en el cine parece expedito, ya que acaba de estrenarse en Italia su segundo trabajo, Ida y vuelta, un filme de Marco Ponti en el que Vanessa interpreta a "una azafata española que vive una historia de amor", y va a aparcar sus compromisos en televisión "excepto uno, un programa que presentó junto a Claudio Bisio que se llama Zelig Circus y que hacemos en un teatro. Es el único trabajo en televisión en el que de verdad disfruto".