Entrañable patoso

Bolonia, antes de la Gran Guerra. Un profesor de latín y griego ya entrado en años, aunque rigurosamente virgen, va al encuentro -es el deseo de su padre- de una mujer que asegure la descendencia familiar, no en vano, sus antecesores han sido nada menos que los sastres del Papado.

Con estos mimbres, un actor (Marcoré) que da muy bien el arquetipo deseado y una actriz (Incontrata) de ejemplar belleza, el veterano Pupi Avati traza una suerte de parábola sobre lo ineluctable del destino. Su anécdota es, en ocasiones, demasiado parca, en otras un tanto previsible; pero la humanidad de que dota a sus personajes salva la función, al tiempo que deja un regusto entre tierno y amargo.