Los jefes de las tribus iraquíes se oponen a la presencia de tropas estadounidenses
Los jeques critican al Gobierno provisional por estar formado por líderes del exilio
Los jeques de las tribus que forman buena parte de la sociedad iraquí se oponen rotundamente a la presencia de tropas de EE UU en Irak y critican al Gobierno provisional actual por "estar a las órdenes de Washington" y por estar formado casi en su totalidad por iraquíes del exilio, que desconocen la realidad del país. "En nombre de Dios, digo que antes o después lograremos echar a los norteamericanos y a los que han traído con ellos y les ayudan", afirma el jeque Muyid al Shimeri, líder del Consejo General de Tribus de Bagdad.
Al Shimeri afirma que ha preferido mantenerse fuera de la Conferencia Nacional convocada para el día 28 -aunque todo apunta que puede retrasarse-, pero que ha enviado a formar parte de los 1.000 miembros de ésta a 33 de sus jeques. "Quiero mirar desde fuera para controlar mejor", señala.
Como dirigente de la tribu Yerba, una de las más importantes de Irak con ramificaciones en diversos países del mundo árabe, y miembro de la tribu Gazi, a la que pertenece el actual presidente de la República, Gazi al Yauar, el jeque sostiene que se entrevistó con el enviado de Naciones Unidas, Lajdar Brahimi, para la formación del Gobierno de transición y le entregó un plan y un programa de trabajo, pero finalmente "los invasores nos impusieron este Gobierno". Añade: "Los extranjeros toman las decisiones y los iraquíes las ejecutamos".
Al igual que Al Shimeri, aunque no mantienen buenas relaciones, el jeque Ahmed el Shaadi, líder de la Coalición Nacional de Tribus y Clanes de Irak, critica duramente al Ejecutivo por estar formado por los "cómodos" que se fueron al exilio. "Sadam me encarceló cinco años, me quitó tres casas, una finca y la mayor piscifactoría del país. Nosotros, los que le sufrimos, somos los que debemos formar el Gobierno y no los que se fueron", destaca.
Fonteras abiertas
"Estados Unidos no nos protege ni nos deja protegernos", sostiene El Shaadi, cuya coalición representa cerca del 10% del total de la población iraquí, 2.250.000 personas. Según el jeque, la invasión norteamericana sólo ha traído problemas porque ha dejado las fronteras abiertas, y "miles de iraníes han entrado y se han dotado de una identidad iraquí falsa para mediar en los asuntos internos de Irak e influenciar el resultado de las elecciones".
Pese a que no confía en el proceso electoral, El Shaadi es uno de los miembros de la Conferencia Nacional, de la que deben elegirse las 100 personas que actuarán como Parlamento provisional hasta la celebración de las elecciones previstas para enero. "Queremos una democracia, y aunque este proceso no sea muy democrático, es un primer paso", dice.
El jeque señala, sin embargo, que las elecciones deben posponerse hasta que en el país haya seguridad y se sepa "quién es quién". Para ello, destaca, el Gobierno debe recurrir al antiguo Ejército y a sus servicios de inteligencia. "Ellos saben quiénes somos cada uno y quiénes se han infiltrado", dice. El Shaadi critica el reclutamiento que el Gobierno está haciendo para formar el nuevo Ejército. "No tienen preparación, ni saben nada. Ellos no pueden controlar nuestras fronteras, ni darnos seguridad".
Por el contrario, Al Shimeri se manifiesta a favor de que los comicios se celebren en enero. "En realidad son sólo un truco político de los invasores, porque no hay tiempo, ni de preparar bien el censo ni de hacer campaña, pero son una pequeña luz en la oscuridad".
Entre la población iraquí es evidente el malestar que causa la presencia de las tropas norteamericanas. "Míralos, sólo les importa su seguridad y nosotros que nos muramos", grita un conductor de un coche a otro en medio de un colosal atasco de más de una hora por un control en uno de los puentes del centro de Bagdad. Allí mismo, dos soldados se llevan a empellones a un hombre de unos treinta años que les ha gritado que qué es lo que buscan en el motor del coche.
Bagdad es un auténtico infierno, el corazón de la capital ha sido tomado por EE UU, que lo ha convertido en cuartel general de sus tropas, de su Embajada, de embajadas amigas y del Gobierno provisional. "Cuando conduzco mi coche, lloro, porque las calles están llenas de agujeros y los tanques se mueven como quieren mientras nosotros estamos atrapados en atascos interminables", afirma Mariam Mohamed, de 47 años, directora de Derechos Humanos del Consejo General de Tribus.
[El ministro australiano de Asuntos Exteriores, Alexander Downer, acusó ayer a España y a Filipinas de haber alentado a un grupo islamista que amenaza a ese país si no se retira de Irak, informa France Presse. En un mensaje difundido este fin de semana, la organización Grupo al Tawhid islámico advirtió de que cometería atentados en Australia y en Italia si no retiran a sus soldados de Irak].
Combates en Baquba
Efectivos de la Guardia Nacional iraquí, con apoyo de fuerzas de EE UU, se enfrentaron ayer en Baquba, unos sesenta kilómetros al norte de Bagdad, a un grupo de rebeldes. Después de más de una hora de combate, 13 rebeldes resultaron muertos, según el portavoz militar estadounidense Neal O'Brien. Sin embargo, en el hospital de la ciudad aseguraron a la BBC que sólo recibieron un cadáver y nueve heridos. O'Brien insiste en que las víctimas mortales fueron 13 y señala que los insurgentes retiran rápidamente los cuerpos y no los llevan al hospital.
La crisis de los secuestros de extranjeros, mientras tanto, sufría un nuevo revés con el anuncio de la desaparición desde el viernes de dos paquistaníes, un ingeniero y su chófer. Anoche, el Gobierno provisional iraquí seguía sin confirmar que se trata de un secuestro, ya que hasta el momento no hay señales de los captores. El grupo industrial kuwaití Al Tamini, para el que trabajan los dos paquistaníes, fue el que dio la alarma.
Mientras, prosiguen los esfuerzos para lograr la liberación del diplomático egipcio y de los otros siete camioneros secuestrados. El desconocido grupo Banderas Negras, que dijo tener a los siete camioneros (tres kenianos, tres indios y un egipcio), amenazó con decapitarles uno a uno cada 72 horas, pero pasado el primer ultimátum dio otras 48 horas que finalizan esta tarde.
En otra muestra de la inseguridad que azota Irak, unos pistoleros asesinaron a un antiguo jefe regional del régimen de Sadam Husein cuando se desplazaba en coche por un barrio del sur de Bagdad, acompañado de su hijo, que también murió en el tiroteo. Los francotiradores abrieron fuego desde otro coche en el que se dieron a la fuga, informó un teniente de la nueva policía iraquí.
Desde que en abril comenzó la crisis de los secuestros, al menos 60 extranjeros han pasado por este trance. Algunos han sido liberados. Otros no tuvieron esa suerte, como el camionero jordano al que sacaron los ojos, o los búlgaros que fueron decapitados.
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