Vivir entre dos fuegos en Gaza
Los vecinos de Beit Hanun se enfrentan a las milicias palestinas y al Ejército israelí
La población de Beit Hanun, al norte de la franja de Gaza, se encuentra asediada por el Ejército israelí desde hace tres semanas. Es el castigo por servir de base de lanzamiento de los misiles artesanales Kassam al otro lado de la línea verde. El cerco ha colocado en una situación de indefensión a sus 38.000 habitantes, que ayer salieron a la calle tratando de impedir las acciones de la milicia palestina. El enfrentamiento entre vecinos y guerrilleros costó la vida a un muchacho de 16 años.
"Estamos hartos; la guerrilla palestina y el Ejército israelí están destrozando nuestras vidas", asegura Ahmed, de 47 años, vecino de Beit Hanun, padre de siete hijos, mientras se lamenta de que la ciudad vive su sexto asedio desde que se inició la Intifada.
El mando israelí ha colocado esta vez una veintena de blindados en lugares estratégicos del perímetro urbano, cerrando el paso de las carreteras y obligando a los vecinos a dar largos rodeos a pie si quieren salir de la ciudad. El tránsito de vehículos ha quedado prohibido en la zona, lo que impide el abastecimiento habitual de productos de primera necesidad, entorpece el tráfico de ambulancias y pone en peligro la subsistencia de los vecinos. Dos cámaras de televisión, colocadas en lo alto de torres de 30 metros, barren continuamente las calles, proporcionando a los soldados información de los movimientos de los vecinos. Pero eso no es todo, las tropas han arrasado también los campos de naranjos, convirtiendo la zona en un erial, han destrozado las conducciones de agua potable y han cegado los pozos, lo que impide el abastecimiento y crea el peligro de epidemias.
"Nuestra gran obsesión es el agua. Todos tenemos agua potable almacenada en nuestras casas. Hay vecinos que tienen hasta cerca de 40.000 litros en botellas", afirma Ahmed, mientras recalca que la única ayuda que recibe periódicamente la ciudad es la que le proporcionan los convoyes humanitarios de Naciones Unidas.
Los últimos informes de la ONU sobre Beit Hanun son alarmantes: 14 muertos y 85 heridos en poco menos de una semana, en el transcurso de las operaciones nocturnas del Ejército en el interior de la población. Numerosas casas han sido destruidas. La red asistencial sufre además continuas interrupciones por parte de las tropas, que recientemente han impedido el acceso de los equipos de Médicos sin Fronteras y de la ONG Care, los únicos que alivian los problemas de la ciudad.
Hace pocos días, el ministro de Defensa israelí, preocupado por la mala imagen que estaba creando el asedio a esta población, ordenó el levantamiento del cerco, pero a ello se opuso el mando de las tropas en la zona, alegando que el control sobre la ciudad debía proseguir mientras continuara sirviendo de zona de lanzamiento de los misiles de los guerrilleros. Beit Hanun continúa aislada.
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