España mantendrá la cooperación con Colombia incluso en Defensa

El presidente Álvaro Uribe es para el Gobierno español "la persona adecuada para dirigir Colombia en estos momentos", y José Luis Rodríguez Zapatero seguirá cooperando con él incluso en materia de seguridad y defensa, a pesar de haber cancelado la venta de armas acordada por su predecesor, José María Aznar. Éste es el mensaje básico que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, transmitió a Uribe, con la promesa añadida de que el ministro de Defensa, José Bono, visitará Bogotá en septiembre.

La suspensión de la venta de 46 carros de combate AMX-30 a Colombia, anunciada por Aznar en febrero en Cartagena de Indias, había suscitado temores en el entorno de Uribe acerca de la actitud general del Gobierno socialista. Sobre todo, porque se produjo en el contexto de una resolución de las Cortes que cuestionaba indirectamente la actuación de Uribe en la lucha antiterrorista.

La visita que ayer realizó Moratinos a Bogotá, como parte de su primera gira por América Latina, vino directamente a despejar esas aprensiones. Una alta fuente diplomática española confirmó que el apoyo se mantiene intacto y que el motivo de la anulación de la venta de los carros, muy viejos y usados, por otra parte, fue que no se ve su utilidad en la lucha contra el narcotráfico ni la guerrilla.

Los ocho aviones CX-212, de transporte militar, incluidos en el mismo paquete siguen, en cambio, encima de la mesa, aunque se evalúa todavía si sus características técnicas coinciden con las que requiere Colombia. España seguirá, en cualquier caso, vendiendo a este país andino las armas que resulten oportunas, según las circunstancias, del mismo modo que mantendrá una cooperación en otros sectores que la sitúa como el segundo donante a los colombianos, detrás de Estados Unidos.

Buena parte de esa cooperación, cifrada en 228 millones de euros en los últimos cinco años, se orienta al desarrollo institucional y la política de derechos humanos. Colombia es el quinto receptor de ayuda española en América Latina, a pesar de que su PIB per cápita, de cerca de 2.000 dólares, es relativamente elevado. Ello se debe básicamente al conflicto armado que castiga al país desde hace décadas y que ha generado más de dos millones de desplazados. También a que, después de Brasil, es el país latinoamericano con mayor disparidad en la distribución de la renta.

Moratinos reiteró, además, la voluntad española de contribuir en lo posible al proceso de negociación abierto por Uribe con el ELN, aunque siempre en función de lo que diga México, que actúa como "facilitador".

Otro capítulo importante de las entrevistas que el ministro mantuvo en Bogotá con Uribe y con su homóloga, Carolina Barco, fue el de las relaciones económicas bilaterales, cifradas en una inversión española acumulada de unos 2.000 millones de euros y un saldo comercial global de unos 600 millones de euros que arrojan una balanza equilibrada. Las dos partes se comprometieron a facilitar la solución de algunos conflictos, en especial los que afectan a Entrecanales, en relación con las obras del metro de Medellín, y Unión Fenosa.