¿Ricos sin un euro?
En diciembre del pasado año, Francisco Camps aliviaba ánimos marridos con un pronóstico a ciencia cierta: "Va a ser una era de oro de la prosperidad... las cosas van muy bien económicamente". Luego, más de una vez y más de dos, el presidente ha insistido en su convicción de que la CV se está situando entre las regiones más dinámicas y ricas de Europa. Elévese un poco más el tono de la retórica y los condados de Long Island serán a nuestro lado pupilos del dómine Cabra. Pero de momento viene a suceder que sin el agua del Ebro, aquí no se puede dar un paso adelante.
Tendremos que correr a galope tendido, pues la verdad sea dicha, lejos de ser el faro que alumbre la senda a los europeos, ni siquiera en España podemos sacar pecho. Lo malo es que el recurso al victimismo tampoco rendirá más fruto que un piruétano. El "lizondismo", con su deriva nacionalista, ni tuvo pasado ni tiene presente ni tendrá futuro. La CV no le da de comer a España, como decíamos en la posguerra con mezcla de disgusto y satisfacción. El arroz, las naranjas, las lechugas, los tomates, acabarán valiendo menos que el agua que consumen; cosa que verán los ojos de quienes tienen todavía un par de décadas por delante. (Es el lado bueno de la globalización, pero lo dejo en este punto para no confundir mezclando berzas con capachos).
Según el Instituto Nacional de Estadística, la CV figura en noveno lugar en renta bruta disponible per capita. El dato, desalentador, fue divulgado el diciembre del año pasado; precisión que hago por si las moscas. Que tan combativo y reivindicador se ha puesto el señor Camps -y me sorprende y lo lamento de veras- que capaz le veo de acusar de manipulación al adversario político. Más datos, obtenidos del Anuario Social de España 2000. La provincia de Valencia ocupa el noveno lugar en bienestar, el octavo en riqueza, el 30 en sanidad, el 20 en educación, cultura y ocio, el 29 en empleo y calidad de trabajo, el séptimo en vivienda y equipamiento del hogar, el noveno en seguridad y justicia, el 15 en entorno y clima. Para Castellón tenemos el 17, 17, 47, 18, 17, 26 y 8. Alicante: 22, 20, 37, 36, 14, 25, 23, 11.
Un estudio reciente de Bancaixa y el IVIE, revela que la CV es sexta por la cola con peor índice en desarrollo humano. Y concretamente en educación, salud y renta ocupamos el último furgón de cola. En suma, desarrollo humano inferior a la media nacional. Nuestras mujeres ganan por término medio una tercera parte menos que los hombres, lo que nos sitúa en los últimos lugares de la tabla española. Siniestro total. (Véase el excelente reportaje de Miguel Olivares, EL PAÍS, 12-7-2004).
Claro está que Camps no es culpable de tal estado de cosas. Hace poco más de un año que tomó posesión de su cargo y durante ese tiempo ha tenido que pechar con el descubrimiento de que el PP valenciano, más que una piña, es una nuez mal cascada. Pero del triunfalismo, de las frases ya citadas, a las que añadiría yo esta perla, "tenemos las mejores expectativas que nunca hayamos tenido", sí es responsable y de nuevo lo siento; pues no mentí cuando dije que le deseaba lo mejor al nuevo presidente y no sólo porque había tenido muy buenas relaciones con él.
El victimismo no vale y no hay más que decir. La Comunidad autónoma que más aporta al conjunto del Estado por habitante es, con diferencia, Madrid. Le siguen Cataluña y Baleares. Si todo lo que ahora pide Camps al gobierno socialista -y que antes no le pidieron a su partido cuando ostentaba el gobierno- le fuera concedido, la CV figuraría entre las autonomías receptoras, duro golpe para nuestro orgullo. Sobre todo, cuando hemos dilapidado tantos millones en proyectos faraónicos perfectamente deficitarios.
Nuestro mejor y nada sectario economista, Aurelio Martínez, le dijo al diario Levante el pasado mayo: "Hemos vivido un periodo de crecimiento económico importante que se ha sustentado en dos pilares: la bajada de tipos y el boom de la construcción. No ha habido política industrial. Y prueba de ello son la crisis de los sectores tradicionales, la pérdida de competitividad, la ausencia de inversión suficiente en I+D...". Sigue un párrafo que lamento tener que abreviar, pues no tiene desperdicio: "Porque la segunda fase, que ya estoy empezando a leer, es la que dice: Tenemos un problema. La política industrial está transferida, pero la responsabilidad es del Gobierno central... Es la cuadratura del círculo. No existe problema, pero si existe es de Madrid. Pero, ¿qué me está usted contando?".
En suma, no hemos escalado puestos en el mapa autonómico, está cayendo la inversión industrial, la deslocalización empieza a dejarse sentir, peligran los fondos de cohesión europeos y la deuda crece y crece, hasta ser ya la primera o segunda per capita de todas las autonomías. Según Gerardo Camps es una deuda productiva, pero no parece que el Banco de España comparta esa opinión. Productiva es la alemana (está exportando muy vigorosamente, a pesar de la fortaleza del euro) y la querían multar por ello.
La CV ha avanzado notablemente desde el advenimiento de la democracia. Se nota a simple vista, si bien la simple mirada es a menudo mirada simple. Lo que al papanatismo le deja absorto, a la sagacidad crítica le enfría los huesos. Pero con todo, se han hecho cosas que merecen el aplauso y que no menciono porque son hijas de varios presuntos padres y no es el momento de meterse en tal sarao. Pero si de avance ostensiblemente visible hablamos, démonos una vuelta por España -no sólo por Madrid y Barcelona- y nuestra vanidad emprenderá un viaje de ida sin vuelta.
No obstante, la mirada del turista no perfora la superficie. A las estadísticas, algunas aquí citadas, me remito. Aquí recortamos el presupuesto de residencias para la tercera edad pergeñado por Blasco, le damos un tijeretazo a las guarderías, hospitales y ambulatorios sufren despojo, Canal 9 bate todas las marcas de la vulgaridad y la intrascendencia estólida, la contaminación acústica no tiene rival; han suprimido o dejado en meramente simbólica la modestísima pitanza a las amas de casa que cuidan de parientes muy ancianos o inválidos...
En "el eje de la prosperidad" un gran número de familias y de ancianos solos, apenas si cubren con su ingreso la cantidad de fruta y hortalizas recomendada. Eje de los ricos sin un euro, no te...
Manuel Lloris es doctor en Filosofía y Letras.
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