Mitos
En el comienzo de la narración Aquiles y la tortuga, la reciente obra de Seve Calleja (Zamora, 1953) puede leerse la siguiente frase: "Sus gentes, campesinos y pescadores curtidos por el sol y el salitre, parecían fragmentos de un paisaje tórrido y pedregoso". Cuando el escritor decide que sus personajes sean iguales a la tierra y se leen frases en las que las personas se identifican con el paisaje, el lector sabe ya que se va a encontrar fuera de la historia, lo que significa fuera de la novela. En otro género: entre el mito y la fábula.
En efecto, Seve Calleja, experto en literatura infantil y juvenil, ha construido un apólogo sobre la amistad en esta obra. En una nueva lectura del mito, Aquiles conoce a la tortuga en una isla, también fuera del espacio, en una situación idílica y con un nombre común elevado a categoría poética, y se establece entre ellos una corriente de antipatía al principio y conocimiento mutuo después ("En el fondo me cae bien este bicho es divertida la condenada"). Hasta que aparece el amor por Alisia (claro referente a Alicia) y la figura de Zenón de Elea, el filósofo creador de la aporía.
El autor recrea, con ese regusto de fábula humorística , el clima en el que podía haberse creado las condiciones de la reflexión filosófica, creando una leve intriga que juega con la aporía; Aquiles no alcanza a la tortuga, ni en la aporía ni en la realidad. Subrayando como tema importante la posibilidad de las segundas oportunidades en la vida, la base de la obra es doble: un estilo poético, apoyado en los adjetivos que puntean el texto, y un rebajamiento del mito, que produce un tono irónico no exento de sensibilidad. Y en el fondo, Alicia.
Seve Calleja: Aquiles y la tortuga. Elea Editorial. Bilbao, 2004, 110 páginas. 12 euros.
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