"No podemos hacer en tres meses lo que no se hizo en ocho años"

Mercedes Rico es desde las últimas elecciones la primera mujer en la Dirección General de Asuntos Religiosos y la responsable de esta institución que más aparece en la prensa desde hace años. Las relaciones entre el Estado y las distintas confesiones religiosas, cuyo timón gobierna Rico, están viviendo un desarrollo inédito debido "al impulso que el Gobierno se propone dar a los acuerdos de cooperación" firmados con musulmanes, evangélicos y judíos en 1992.

"Soy partidaria de poner a funcionar primero los acuerdos en vigor, y después ampliarlos a las otras confesiones, como los ortodoxos o mormones, porque hay que saber si los acuerdos son eficaces o va a haber que reformarlos". La declaración de intenciones, -"no queremos discriminar a nadie"- es un programa a largo plazo que Rico desgrana con prudencia, dado que las negociaciones "están en una fase preliminar". La directora general pide tiempo: "No podemos hacer en tres meses lo que no se hizo en ocho años".

"Las clases de religión islámica respetarán los principios constitucionales"

Las dos legislaturas de Gobierno del PP no sirvieron para igualar el trato que recibe la Iglesia católica al resto de confesiones, por lo que ahora se tiene prisa en aprobar "lo antes posible" los puntos en los que las posiciones son próximas. Así, varios decretos-ley -listos para su aprobación tras el verano- prevén facilitar la asistencia religiosa de presos, soldados y enfermos ingresados en hospitales que profesan una fe diferente de la católica.

Las negociaciones con las tres confesiones que tienen acuerdos de cooperación con el Estado "van bien, muy bien", subraya Rico. El ambiente de cordialidad, sin embargo, puede tornarse dificultoso cuando se hable de dinero, de la financiación que el Gobierno ha prometido para asegurar la igualdad en materia religiosa. "Lo duro viene ahora", reconoce Rico, "la negociación interna con el Ministerio de Economía". Una vez más, emulando al ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, al que rinde cuentas, la directora general no quiere que se hable de cifras. "He leído que los dirigentes musulmanes habían pedido 30 millones de euros". Quizá hayan sido 35 millones, se le indica. "Se han barajado varias cantidades, pero son absolutamente fantasiosas. Por ahora sólo tenemos el compromiso firme de estudiar el asunto". En todo caso, Rico apunta que se hará una estimación económica cuando se tenga "una fotografía de la realidad, la población y las necesidades" de los que profesan otros credos al mayoritario. La foto de los musulmanes no estará lista "hasta bien entrado el invierno próximo".

Pero el Gobierno no sólo va a hablar de dinero. "Hay muchos otros ámbitos en los que colaborar". Por ejemplo, la presencia de las religiones en la televisión pública. "Se va a potenciar. Nos hemos puesto en contacto con el comité de sabios que está reformando RTVE", dice. Del cuarto de hora los domingos, y de rondón, quiere que las confesiones dispongan "de más tiempo para la enseñanza religiosa o para reportajes sobre sus actividades.Y también en los canales autonómicos".

En cuanto a la formación religiosa en las escuelas, la que fuera primera embajadora española (Costa Rica, 1985) abandona el lenguaje diplomático para afirmar con énfasis que "la gente tiene que ver esas clases como lo que son: un derecho indiscutible". Según las normas en vigor, cuando diez alumnos solicitan enseñanza religiosa no católica, el Estado debe facilitar tales clases. También esto deberá esperar "un tiempo" porque "ni siquiera se toma nota de cuántos alumnos han pedido esta formación desde 2001". Tampoco hay profesores. Por si alguien está preocupado con el contenido que podrían tener las clases de religión musulmana, Rico enfatiza: "Serán clases totalmente respetuosas con los principios constitucionales".

Asegura la directora general que la Iglesia católica no está inquieta con la política igualitarista del Gobierno. "Hablamos continuamente. Nunca ha tenido problema en reconocer la realidad plural de las religiones en España". "La Iglesia no tendrá que renunciar a nada por el hecho de que se acabe con la discriminación con otras confesiones", porque "el artículo 14 de la Constitución proscribe la discriminación religiosa", repite Rico.