Atentado fallido contra el ministro de Exteriores
Un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak resultó muerto y otros dos heridos ayer cuando unos desconocidos dispararon contra el coche del ministro Hoshyar Zebari, al sur de la ciudad de Kirkuk. Zebari, que pertenece a la minoría kurda iraquí, no se encontraba en el vehículo en el momento del ataque, hacia las siete de la tarde. Se trata de por lo menos el quinto atentado contra los nuevos responsables del Gobierno iraquí esta semana.
Según el relato del general Anuar Mohamed Ahmed, responsable de la Guardia Nacional en Kirkuk, los dos coches del ministerio en los que normalmente se desplaza el ministro fueron atacados a tiro limpio desde un Opel que les adelantó y escapó a toda velocidad. De los cinco funcionarios que viajaban en el convoy, uno resultó muerto y dos heridos.
No fue el único ataque de los insurgentes en esa ciudad petrolera situada a 270 kilómetros al norte de Bagdad y que se disputan árabes y kurdos. Por la mañana, dos cohetes causaron cuatro muertos y siete heridos al alcanzar una casa y una antigua base del Ejército en la que viven refugiados kurdos.
Tensiones étnicas
Este tipo de acciones, bastante frecuentes, buscan crear tensiones étnicas entre los diferentes grupos que viven en la zona. Kirkuk, bajo cuyo subsuelo se halla un 6,45% de las reservas mundiales de petróleo, está habitada a partes iguales por árabes, kurdos y turcomanos.
También ayer la insurgencia volvió a atacar las instalaciones petroleras iraquíes. En el oleoducto del sur, muy cerca de Basora, los saboteadores lograron perforar una tubería, lo que provocó derrames a ambos lados de la línea. En el del norte, una explosión interrumpió el suministro a la refinería de Baiyi, situada a 200 kilómetros al norte de Bagdad. El primer ministro, Ayad Alaui, evaluó la semana pasada en mil millones de dólares las pérdidas de ingresos causados por los sabotajes.
Pero no son sólo las infraestructuras. Los insurgentes asesinaron ayer a un directivo de la compañía estatal de petróleo, el cuarto funcionario que esta semana era blanco de sus iras antes del atentado fallido contra Zebari. El miércoles, acabaron con la vida del gobernador de Mosul, Osama Yusef Kashmula, el responsable de más alto rango asesinado desde mayo. El martes, fue Sabir Karim, el auditor del Ministerio de Industria, y el lunes, un ataque fallido contra el presidente del Comité Olímpico, Ahmed al Samarrai.
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