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Imma Monsó publica en castellano 'Mejor que no me lo expliques'

Un libro de cuentos puede desnudar la montaña rusa de sensaciones que se esconde en cualquier casa. En Mejor que no me lo expliques (Alfaguara), Imma Monsó (Lleida, 1959) reúne seis relatos sobre esas inquietudes cotidianas, vestidas de incomunicación.

El libro, "el más autobiográfico" de los que Monsó ha escrito, es la traducción de Millor qui no m'ho expliquis (2003), galardonado con el Premio Ciutat de Barcelona 2004 de narrativa en catalán, y cumple con una clara ambición que la autora confesó recientemente en Madrid: "Que la literatura cause placer, aunque sea efímero".

Relaciones de pareja en las que el silencio compite con lo dicho, una enfermedad que todos temen nombrar y la amistad entre una mujer de ochenta y tantos años y una joven madre que mantienen eternas conversaciones telefónicas, mientras la última persigue a su niñito pirómano convencida de que en su fogoso afán hay algo de genio incomprendido, son algunos de los rostros de estas historias de Mejor que no me lo expliques. "El gran tema de mis libros son las relaciones humanas. Estos cuentos exploran diversos aspectos de la forma en la que usamos la palabra en la cotidianidad", contó Monsó.

Monsó, que publicó su primera novela, Nunca se sabe, en 1996, señala que

la "percepción de los detalles" le ayuda "a pintar atmósferas densas en muy pocas palabras". "Me encanta observar a gente: cómo hablan, cómo se mueven. Afino en los detalles. Para mí siempre ha sido una obsesión saber hasta qué punto somos distintos unos de otros y asumir que no podemos conocernos del todo, que una persona es tan diferente de otra como un planeta ajeno", dice.

El arte de la ironía

"La novela es el arte de la ironía", cita Monsó, siguiendo al escritor checo Milan Kundera. Una convicción que la lleva a situar sus historias "en el ámbito de lo ambiguo". Sus mapas literarios son diversos. Un viaje, problemas laborales, personajes "en el momento de abandonarlo todo, siguiendo una fantasía de fuga" integran su universo literario: una "literatura desobediente" en la cual la mujer "se aleja de los tópicos de la literatura intimista".

Mejor no me lo expliques profundiza esa visión y reflexiona también sobre la rutina, otro de los temas predilectos de la autora: "Nos movemos siempre entre la costumbre y la sorpresa, entre la necesidad de certezas y la de algo que sea capaz de asombrarnos", señala. Narrar es dotar de textura y profundidad las cosas de todos los días, parece decir Monsó. "A veces la literatura rescata el relieve y el sabor de la vivencia. Es como si las cosas te pasaran en función de que las cuentes y de cómo lo hagas. Esto forma parte de mi visión más profunda de la literatura. Si algo te pasa y lo cuentas, te pasa otra vez, revives. Tenemos más vidas contando".

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