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Reportaje:LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M | Homenaje a las víctimas

Arte de Marruecos para las víctimas de los atentados

Artistas e intelectuales marroquíes presentan en Madrid una obra colectiva como ofrenda a los muertos del 11-M

Pablo Ximénez de Sandoval

Un abrazo fundió ayer el recuerdo de las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid y las del 16 de mayo de 2003 en Casablanca. Clara Escribano y Mohammed Zerrouki, heridos en estos atentados y presidentes respectivamente de las asociaciones de víctimas de ambas masacres, se conocieron ayer en un acto organizado para presentar en España una obra colectiva que varios artistas e intelectuales marroquíes han realizado como ofrenda a las víctimas del atentado de Madrid.

El largo y ovacionado abrazo entre ambos fue el momento más emotivo de la presentación ante un centenar de personas de esta "ofrenda" artística, que consiste en 192 cubos, de unos 50 por 50 centímetros, pintados algunos por artistas conocidos de Marruecos y otros por ciudadanos anónimos de ese país, entre ellos niños pequeños. El motivo de la pintura es "libre, pero basado en el terrorismo", como explicó uno de los responsables artísticos.

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La iniciativa parte de la organización marroquí Sadaqa (amistad, en árabe), y está apoyada en España por la Fundación Hassan II para los Residentes Marroquíes en el Extranjero y la Fundación Instituto de Cultura del Sur. La delegación que la trae a España está acompañada por un comité liderado por Carmen Romero, ex diputada del PSOE y presidenta del Círculo Mediterráneo.

Romero destacó que esta "ofrenda de amistad" parte de una "iniciativa ciudadana en Marruecos" y consideró que este país y España "han sido amigos desde siempre, por encima de enfrentamientos políticos puntuales". Para el arabista Bernabé López, parte en la organización, esta ofrenda muestra que "somos todos víctimas de lo mismo". La iniciativa parte, según López, de dos razones: "Marruecos ha sido víctima de atentados y algunos de los autores del 11-M eran marroquíes". López destacó que "Marruecos no se identifica con esos monstruos".

El 16 de mayo de 2003, cinco atentados en Casablanca dejaron 31 muertos (más 10 suicidas), entre ellos dos españoles, y un centenar de heridos. Uno de ellos, Mohammed Zerrouki, presidente de la asociación de víctimas de ese atentado, afirmó en el acto de ayer que "esta ofrenda representa el símbolo de nuestros lazos". Expresó también "en nombre de la sociedad marroquí" su "compasión, tristeza y solidaridad" por el 11-M.

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"El pueblo marroquí no debe pedirnos perdón", afirmó por su parte Clara Escribano, presidenta de la Asociación Afectados del 11-M y herida en el tren de Santa Eugenia. "No necesitamos perdón, sino amistad y ayuda para unir a los pueblos".

La delegación marroquí continúa la presentación de esta exposición con la lectura de un manifiesto, obra del poeta marroquí Abdellatif Laabi, en el Centro Municipal Las Dehesillas de Leganés, hoy a mediodía. La obra de 192 cubos podrá verse completa en el Museo del Ferrocarril a partir de octubre.

El número 192, aunque no corresponde a la cifra de víctimas oficial (190) del 11-M, se ha convertido en un símbolo del recuerdo. Con motivo de la celebración de la boda del príncipe Felipe, se realizó otra instalación homenaje llamada El bosque de los ausentes, también con 192 árboles.

Mohammed Zerrouki, víctima de los atentados de Casablanca, abraza a Clara Escribano, herida en el 11-M.
Mohammed Zerrouki, víctima de los atentados de Casablanca, abraza a Clara Escribano, herida en el 11-M.LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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