_
_
_
_

La idea del viaje recorre la Bienal de Pontevedra

Treinta artistas europeos exhiben sus obras

Un destartalado automóvil de los años setenta que arrastra la cabeza de una estatua recibe en el Pazo de Cultura a los visitantes de la 28ª Bienal de Pontevedra, abierta desde ayer hasta el 5 de septiembre. La obra del español Fernando Sánchez Castillo resume en cierta forma el espíritu de una edición que reúne obras de una treintena de artistas europeos bajo el lema En el principio era el viaje, una frase que alude a la ruptura de fronteras en el arte contemporáneo, a su carácter nómada y a la apertura geográfica hacia otros países, asumida por un evento que apuesta por dar a conocer al gran público algunos de los valores emergentes del arte en Europa.

Como explica uno de los comisarios de la muestra, David G. Torres, la elección del tema del viaje como leitmotiv de esta edición está relacionada con la conmemoración del Año Santo en Santiago y con el fenómeno de la peregrinación. "En todo caso, no pretendemos hacer una exposición temática", explica Torres, "se trata más bien de plantear un punto de partida a los artistas. Unos han presentado propuestas que sólo aluden levemente a este aspecto, mientras que otros lo han convertido en el tema central de su obra". El comisario considera que todo artista es en cierta forma un nómada ya que, actualmente, las nuevas tecnologías le permiten conectarse desde el lugar en el que trabaja con diversas partes del mundo y recibir sus influencias.

La propia bienal tiene vocación itinerante. Las obras se reparten en tres espacios (Pazo de Cultura, Facultad de Bellas Artes e Instituto Valle-Inclán) y se obliga al público a desplazarse para ver las distintas obras que, en algunos casos, han sido realizadas especialmente para este evento. A través de instalaciones, vídeos, fotografías, performances..., los visitantes pueden realizar un auténtico viaje por las nuevas tendencias del arte contemporáneo. En ocasiones, las propuestas exhibidas simplemente invitan a la contemplación pero, otras veces, desafían al espectador a implicarse en la búsqueda de soluciones a los enigmas que plantean.

Es el caso del británico Graham Gussim, que usa la arena y la luz para reproducir un pequeño desierto en una de las salas del Pazo de Cultura; o del portugués João Pedro Vale, que seduce y a la vez impresiona con la escultura de una siniestra barca pintada de negro en la que pueden observarse los objetos más diversos, desde balones de fútbol a imágenes religiosas.

La temática del viaje -obvia en estos casos- también está muy presente en los vídeos realizados por la griega Nayia Frangouli y por el británico Darren Almond, que nos muestra al mismo artista arrastrando un trineo en el Ártico. Por su parte, el francés Franck Scurti nos traslada a la calle de una ciudad cualquiera adornada por neones resplandecientes que actúan como reclamos para el paseante.

En cambio, las propuestas de los españoles Ignasi Aballi o MP&MP Rosado contienen referencias más sutiles al concepto de viaje. También es el caso del portugués André Cepeda, que expone fotografías de camiones carbonizados tras la batalla contra el fuego que tuvo lugar en su país el pasado año. La presencia de artistas portugueses es importante, como ya es tradicional en la bienal, que mantiene su vocación hispano-lusa con la presencia del comisario Miguel von Hafe.

El único elemento común que parece unir a los artistas participantes es su juventud y el interés por descubrir las posibilidades de las nuevas tecnologías aplicadas al arte. También se percibe un cierto optimismo y buen humor en la mayoría de las obras presentadas, que se alejan del tremendismo tan de moda en el mundo del arte en otras épocas. Hasta las piezas más irónicas tienen un toque de ingenuidad que les da una cierta frescura.

Con la edición de este año, la Bienal de Pontevedra da un paso en firme hacia su definitiva internacionalización, después de que en las dos ediciones anteriores ya fueran invitados artistas brasileños y de los países nórdicos, respectivamente. Sin embargo, no queda en el olvido la promoción de jóvenes artistas gallegos, que en esta edición están representados por nombres como Rubén Ramos, Mónica Alonso, Suso Fandiño y Almudena Fernández.

<i>Milagre</i> ( 2004), barca de madera, hierro y diversos materiales del artista portugués João Pedro Vale.
Milagre ( 2004), barca de madera, hierro y diversos materiales del artista portugués João Pedro Vale.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_